Overlord + HELLSING

Parte 4

No solo el miedo se había apoderado de ellos sino también la sorpresa de qué algún ser haya tenido la osadía de atacar un Reino que albergaba a seres tan poderosos, temibles y despiadados, al solo verlos sabias que no debías hacerlos enojar pues su furia seria tan grande que llegarías a pensar que la muerte era la única opción, pero a la vez está no se te seria dada ni siquiera por piedad.

Pisaban más allá del terreno de los héroes, eran seres que si eran tratados como se debía reconocerían tu existencia y harían de tu vida un paraíso pero si los hacías enojar, a saber los Dioses que se haría de ti o de tu cadáver 

Y eso era, eso pasaba por sus mentes ¿Que ser tan estupido se había atrevido atacar los dominios de Rey Hechicero, aquel que ostentaba el título del Amo y Señor de la muerte?, era el regente de la vida, el ser supremo que gobernaba sobre su nación y los aliados.

La evacuación había sido rápido y desordenada, y junto con ello las consecuencias y daños colaterales. Los primeros auxilios estaban siendo realizados, los soldados comenzaban con el conteo y la ejecución del plan auxiliar que se les había dado por si en alguna ocasión el reino era atacado desde adentro. Si les preguntara a ellos si el plan eran necesario, hubieran respondido que no, por las circunstancias dadas ahora daban las gracias que la Supervisora y sus subordinados les hayan hecho leer ese documento varias veces.

Al verse la ciudad casi desolada los aventureros comenzaron a reagruparse, podían ver daños menores en las estructuras, no había grietas en el piso y solo podían ver pequeñas cosas destrozadas. Si acaso los daños mayores habían sido causados por los mismo habitantes al salir corriendo por el pánico.

"¿No les parece algo raro?"

Varios lo voltearon a ver, no entendían bien el porqué de su pregunta.

"¿Como?"

Sus labios formaron una línea recta, didutativo miro a su alrededor.

"Son pocos los no-muertos que han reaccionado al ataque."

Todos miraron a su alrededor, lo que había dicho era verdad los no-muertos estaba parados como estatuas, no reaccionaron ni se movieron un milímetro.

"¿A salido el Rey de su castillo?"

Varios negaron con la cabeza.

"Ni la ministro ni el embajador, tampoco las sirvientas."

"Yo solo vi al General y varios de sus suboficiales correr en dirección en varias direcciones, también los gemelos salieron corriendo. Al parecer Mare-sama intentó detener el terremoto."

Varios miraron al cielo, aquellas bestias aladas sobre volaban la ciudad.

"Están vigilando."

"Hay que seguir con la búsqueda de..."

Varios se detuvieron, de nuevo la tierra se movió y con ello los rugidos de las bestias se hizo presente.

--II--II--

Todo era blanco, era cálido y silencioso, era solitarios y el aire acariciaba el cráneo desnudo de carne.

Las luces rojas de sus ojos comenzaron lentamente su aparición como lucecillas de fausto danzarines en el pantano desértico, cada vez eran más intensas hasta tomar ese color rojizo habitual. Si fuera humano la luz le impediría ver pero siendo un no muerto no tenía efecto alguno, en cambio se sentía un poco desorientado. ¿Que había pasado? Solo recordaba el estar en un lugar tan oscuro y espeso, tan solo y frío que podía sentirlo en los huesos, ahora estaba en un lugar distinto bañado de luz y de naturaleza. Su ropa era un desastre a medias, no había sido destrozada en aquella guerra gracias a Anderson y Alucard, aunque debía decir que ni un solo enemigo había podido si quiera ponerle una mano encima y la suciedad que había sobre él era acusa de las explosiones o de la sangre derramada del enemigo cercano a él.  Ahora que lo piensa él había sido piadoso en sus masacres mientras que ese regordete rubio había causado todo un Apocalipsis solo para un fin que ni si quiera se había logrado llevar, debía admitirse impresionado por ello y quizás muy agradecido por darle a conocer una muestra de lo que su Guardián de Piso Demiurge podía llegar hacer -aunque mucho peor-, y una muestra de ello era el Reino Santo. El haber encontrado esos experimentos le dejo impactado, había avanzado mucho en sus investigaciones y aún el demonio quería llegar a más.