Capitulo 3

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Parte 1

"no hay diversión más grande que cantar sobre el cadáver de tus enemigos."

El vapor caliente salía de su boca, aquella sangre con la que se había alimentado aún permanecía restos en su cara o en parte de ella. El cuerpo de Tubalcain yacía esparcidos por el lugar, desmembrarlo había sido una tarea fácil.

"Y sobre el tuyo cantaré una grandiosa melodía"

--II--II--

El mayor yacía mirando todo desde su lugar, las fuerzas del Vaticano llegaron tarde, gran parte de Londres estaba hecho cenizas. Los panzer se daban un festín con deleite de cada habitante londinense sea hombre, mujer o niño no había edad de la cual no gozaran su sagrado alimento.

La música de guerra, la melodía de cada nota y el estruendo de cada bomba al caer al suelo europeo y estallar provocando la muerte de cientos.

¡Que Arda todo!

Habían gritado sus soldados.

Que arda cada cimiento de estos bastardos que se atrevieron a tachar sus nombres de la historia y por sobre todo al subestimar su pasión, su sangre solo pedía guerra, guerra, fuego y destrucción, aniquilación y sobre todo... el infierno.

La Paz jamás fue una opción.

Había nacido para esto.

"Mi señor, Major... al parecer todo está listo."

Decía un hombre delgado en exceso y de bata blanca.

Las tropas han sido reducidas pero se han re agrupado para el siguiente ataque."

El imprevisto, ese era su siguiente movimiento.

Ese ser de ropas blancas había aniquilado casi la mitad de sus tropas, solo un restante de 572 quedaban intactas. El hombre se giró en sus propios talones y con los brazos extendidos hablo.

"Que inicié el segundo acto"

Dijo con alegría. Canta, canta se decía a si mismo.

Los Zeppelin's restantes comenzaron a moverse dirigiendo su trayecto a donde se enfrentaría contra los Iscariote y su aliado, en los monitores y radares se podía ver una agrupación.

Si bien, los militares eran más de mil unidades y de los policías no pasaban de los 200 mientras que de la novena cruzada más de 2700 unidades estaban listas.

Eso impresionó al mayor, estaban listos para morir.

Eso le alegraba el corazón.

"Canta" susurro.

Detrás de él se encontraba el Ángel negro, aquel hombre de bata Blanca y un niño.

Delante de él los operadores seguían monitoreando y dando órdenes.

"El Dios de la Muerte, déjame darte un regalo por tu llegada. Déjame darte una canción, dedicarte una serenata y verás que el infierno no es tan malo."

Todos estaban impactados, aquel ser delante de ellos era nada más que huesos.

Pero... ¿por qué se impresionaba? Ellos eran seres que caminaban por la noche y aterrorizan los sueños de los mortales, cuentos de pesadillas e historias de horror.

Él era diferente.

Puro... tan brillante como la luna en lo alto que se tiñó de rojo.

--II--II--

Overlord + HELLSINGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora