Parte 4

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Desde la base de las fuerza británicas, aquellos hombres que se encargaban de cuidar a la Reina y al Reino de Inglaterra, veían los acontecimientos desde su lugar. Enormes pantallas habían sido dispuestas para ellos y así poder ver y seguir el curso de la batalla o más bien de la masacre que les tomo por sorpresa.

Si bien, desde la desaparición de la familia Hellsing -hace 10 años- cada uno de ellos habia tomado un postura más severa, la responsabilidad de sus cargos había aumentado y eso había dejado a Sir. Penwood con la mayor carga.

Sir. Shelby Penwood debía no solo comandar al ejército restante de la familia Hellsing, sino también cuidar del monstruo que se quedo en las entrañas de la profundidad de la mansión. Al que vampiro dejaba entrar a Sir. Penwood por el lazo amistoso que había existido entre su amo Sir. Arthur Hellsing, además de qué el hombre había dado con apresuró la versión del asesinato de la niña que seria su nueva señora.

La verdad era que Penwood al ver de nuevo a Alucard el miedo se apodero de él pero también la lealtad a su amigo le hizo reaccioanr de manera rápida, logrando asi controlar al vampiro en su ira y furia descontrolada.

Aquellos recuerdo le invadieron de nuevo, Penwood había sido nombrado como el presidente de Los Caballeros Protestantes de la Mesa Redonda, teniendo la aprobación y manejo de las fuerza militares. Mientras su amigo y colega Sir Hugh Irons se encargaba de las estrategias políticas, así mismo el Teniente Rob Walsh era un consejero para él en materia militar.

Penwood dejo caer sus hombros al sentir la presión de los acontecimientos, con anterioridad había tenido que dar un pequeño informe del 'aliado' con el que contaban, el cual al ver su rostro todos los presentes quedaron estupefactos al ver a la misma muerte peleando. Incluso de los labios de algunos de ellos se había escapado la palabra: Dios. no en un aspecto expresivo sino en afirmación a lo que veían.

Era como si delante de ellos, en aquellas pantallas se presentara aquel ser que daria el juicio final.

Siendo ellos practicantes de una religión fuera de los estándares de la religión Catolica del Vaticino, aquella que regia gran parte del mundo, el portador de lo Santo, los había escogido a ellos para resguardar la palabra de Dios.

Pero este Dios delante de ellos no era como el que se relataba en las sagradas escrituras.

Y eso les atemorizaba.

"El curso de esta pelea a cambiado completamente." dijo aquel hombre viejo, sostenia entre sus manos un puro y como distintivo en su cabeza una boina de mercenario.

Otro hombre delgado y bien vestido se giro a verlo. Si bien, entendía un poco sobre las prácticas militares. Al llegar había demandado a su amigo y viejo camarada que comenzara actuar respecto a la invasión, este solo le habia mirado diciendo: ya lo se, no me lo tienes que decir. Despues de ver como el ejército era desplegado, solo se quedo a ser un observador en las planeaciones de Shelby y Rob.

"¿Que quieres decir? Alucard a llegado a la zona de pelea, eso pondra fin a esto." Dijo, aunque se sentía desepcionado de que el aliado no lo hiciera. Claro esta que se le debía reconocer el haber mantenido a raya a los invasores, el salvar a los habitantes y ayudar a las fuerzas británicas en contener la zona. Además de haber logrado derribar las naves del enemigo. El trabajo de aquel Dios debia ser reconocido si es que no querian ser el proximo objetivo de su furia.

"Si pero... ¿Que te hace pensar que lo hará?, la única persona a la que respode esta aquí sentada con nosotros. Además ¿Dónde esta ese aliado?"

Rob coloco la duda en sus corazones y todos los presentes voltearon a ver a Penwood, este se sobresalto en su silla. Él no queria pisar el campo de guerra.

Con la llegada de Alucard solo habia una cosa segura, habría una masacre sin importar el esattus de enemigo o amigo. Al estar Walter delante de él no se preocuparia de quién estaba a su alrededor, solo tendría un objetivo en mente y eso era el aniquilar el ex mayordomo.

Y lo que había dicho el Teniente se hizo realidad, al ver como iniciaba el enfrentamiento de esos dos la pelea subio de nivel al ver como el vampiro invocaba su ejercito de no-muertos, eso proboco un estado de alerta en todos ellos.

"¡llamen al comandante de unidad, den la orden de retirada!" Grito Penwood.

--II—II--

"¡¡¡DESGRACIADO!!!"

La voz del Padre hizo que se detuviera en su ataque, al mirar a donde este dirigio su vista no pudo contener su sopresa. Allí delante de él se encontraba el ejercito Valakio, solo un nombre invadio su mente y ese era el Mayor Montana. Hans podría morir en paz al ver el obejtivo del plan del Mayor hecho realidad, ahora solo quedaba esperar la sigiente fase.

De un puñetazo se lanzo contra Alexander, mismo que esquivo y logro patear en el abdomen al Nazi mandandolo a volar varios metros.

Yumi y Henkiel se lanzaron contra Walter, este al verse obstaculizado para su verdadera pelea ataco ambas mujeres. Yumi había quedado atrapada entre sus hilos solo para volverse después en rebanadas de carne, su sangre regada por todo el lugar y en parte de la cara de Heinkel. Esto causo la furia de la pistolera, Alexander trato de detenerla pero habia llegado tarde, Walter la había azotado contra el escombro de pavimento varias veces hasta desfigurarla.

La sombra de Alucard seguia seguía esparciendo en el lugar, seguían amumentado aquellos ojos y bocas, gritos y lamentos, gemidos de dolor y agonia.

El Rey habia despertado para su pelea.

"El enemigo de mi enemigo es mi amigo."

Al ver reducido el número de molestias, podría desatar toda su furia, su poder encontra de este pseudo mayordomo traicionero, al fin su juramento seria llevado a su acto final.

"Mirad desde arriba como este lacayo pelea, mirad desde el cielo como aniquilo a esta escoria."

Desenfundo su espada y al levantarla, aquella masa de muerte ataco a todo ser que se encontraba a su alcance.

Tan rápido como le fue posible Alexander lanzo el cuerpo de Heinkel a los miembros restantes de ISCARIOTE, estos habian comenzado a reagruparse para una táctica de defensa pero al verse obligados a dar un paso atrás se dieron cuenta de que en realidad debían huir del lugar. Nadie podria contra ese mounstruo.

Para desgracia de Alexander, ni un solo miembro de ISCARIOTE dejo su posición, cada uno de ellos estaba listo para morir.

Solo un pequeño grupo retocedio llevandose el cuerpo aún con vida de Heinkel, los ademas se habian lanzado contra quella masa de muerte. Alexander solo vio como sus camaradas se aferraban a los soldados del ejercito Valakio y a los vampiros Nazi, los mismo hacían su juramento a Dios para después explotar y llevarse a esos engendros a las profundidades del infierno.

Las fuerzas policiales y el ejército habían comenzado una retirada, así mismo el ejercito de Cruzados avanzaba contra la muralla del ejercito no-muertos. Los Caballeros de la Muerte lograban detener varios de los golpes -perdidos- del ex mayordomo, impidiendo así que los oficiales fueran rebanados en pedazos. 

Overlord + HELLSINGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora