Capitulo 2

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Primer encuentro

Aneliz, me llevo dentro del castillo de la Deidad Suprema, pero nadie de la realeza se encontraba allí hoy.
Al entrar, sentí que ese poder incremento el triple, no sabia que estaba pasando, ¿Que hice para que me quieran matar?. Aneliz me metio a un cuarto y cuando ella iba a entrar alguien la jalo pero ella rápido cerró la puerta.
Yo estaba impresionada, debía hacer algo o si no la iban a matar, abrí lentamente la puerta para que no se diera cuenta ese ser de mi presencia.

Veía como ella luchaba con algo que a su alrededor tenía oscuridad,no podía ver su cara o su cuerpo, pero no se por que no estaba asustada ante esta presencia, no se cuanto tiempo me quede ahí parada viéndolos, pero reaccione cuando vi que Aneliz fue atravesada por esa misma oscuridad y esta calló a un rincón y dejo caer su espada, esa presencia se acercaba a pasos lentos hacia ella.

En ese momento, puse un escudo que la haría curarse y ese mismo la protegería.
Rápidamente volé enfrente de ella y me puse enfrente de la gran masa de oscuridad que había, pero me sorprendió al ver un joven con aspecto muy escalofriante, me le quedé viendo seria, el solo me observaba cada rasgo mío, no sabría como explicarlo, pero pero vi sus ojos y eran totalmente obscuros estaban llenos de maldad, pero vi por un momento una pequeña luz en ellos, no se cuanto tiempo nos quedamos observando, pero no me aburría de verlo era como si algo dentro de mi, no quisiera parar de verlo. Paso el tiempo y escuchaba pasos acercándose a nosotros, pero nunca aparte la mirada de el, cuando ya se sentía cercas las pisadas el se desvaneció y no dejo una pizca de que el estuvo allí.
Había llegado más refuerzos para que pelearan contra el demonio, pero al ver que ya no estaba, pensaron que yo me había encargado de él, yo no decía nada por lo que acababa de pasar.
Aneliz debe de estar recuperándose por el daño que recibió, le salvé la vida por meterla en mi escudo y que este se regenerada poco a poco.

3 semanas después.

Han pasado varias semanas, y aún no hay rastro del demonio. Mael se preocupó tanto por mi que a estado cuidándome en estos días, mientras que Aneliz se recupera, Pero tienen que entender que no soy una niña para que me estén cuidando las 24 horas, así que aveces me vengo a mi lugar secreto y ese es un barranco con vista al mar, desde que tengo memoria este lugar a sido abandonado por las diosas por ser su límite, pero este lugar a
Hace sentirme en paz, nadie sabe de mi lugar secreto. Ni siquiera Aneliz sabe de esto, la brisa del mar es tan placentera cuando choca con mi cara.

Pero no se por que en mi cabeza no salia la cara de ese demonio, solo recordarlo hace que me sienta de una manera que nunca antes habría sentido.
Su cabello parecían como los rayos del sol, sus ojos verdes parecían pequeñas esmeraldas, su rostro se veía una rudeza y frialdad que me provocaba que mi piel se volviera de gallina.
Todas las diosas le temen a ese Demonio y yo no siento miedo por el, hasta se podría decir que ni siquiera se lo que siento, si solo con verlo me hace sentir esto, ya me imagino que sentiré si llegamos a cruzar unas palabras.

Meliodas:

Solo recordar que le tuve que mentirle a mi padre, para evitar que la mataran, me hacen sentirme como un traicionero, deje vivir a esa diosa y lo peor es que no puedo dejar de pensar en su mirada.
Solo recordar su rostro todo lleno de dulzura y calidez me hace sentirme asqueado, pero solo ver su belleza y su hermosa figura, hizo que cayera a sus pies como si me hubiera lanzando un ataque que me dejara débil.
Necesitaba verla, su hermosa cara me hizo sentir algo, me estaba volviendo loco por esa maldita diosa.

Estaba caminando en los alrededores de los límites del clan de la diosas hasta que vi a una diosa sentada en la orilla de un acantilado, al acercarme me di cuenta que era ella, se veía totalmente hermosa viendo las olas del mar y el aire que estás misma asustaban hacían que su melena se moviera y deslumbrara más su belleza.
No podía dejar de observarla, su figura era el deseo lujurioso de cualquier hombre, su melena larga que le llegaba a su espalda baja era como la neblina que hay en el purgatorio y con un brillo peculiar, sus ojos verdes eran casi iguales a los míos, pero los de ella eran majestuosos, y su piel pálida y sus mejillas rojizas eran de porcelana.

Había conocido a muchas mujeres pero ninguna con tanta belleza como ella, quiero acercarmele pero si me vuelve a ver se asustará al verme.
Esa niña me estaba volviendo loco, no se, si es deseo, lujuria o algo más.
Pero deseo es diosa, esa diosa será mía por que tiene que ser mía.

__:

Quería deja de pensar en ese demonio, que lastimó a mi clan, pero era inútil no lo dejaba mi mente, me atraía sus facciones me lo imaginaba aquí conmigo, era extraño, por qué me estoy obsesionado con un demonio debería odiarlo, asquearme y hasta imaginando todas maneras para matarlo y así vengar a mi clan, pero no podía ese demonio de ojos fríos me estaba haciendo que pensara en el pero..... lo que me atraía a el era sus ojos, llegue a ver una pequeña luz en ellos.

Diablos.... necesitaba verlo de nuevo, quiero saber quién es, pero si le pregunto a las demás diosas se asustarian solo de hablar del tema.
La deidad suprema presiente que habrá una guerra entre ambos clanes, pero yo no quiero lastimar a nadie.... pero ese demonio creo que no pensara lo mismo.

Siento una mirada desde hace unos minutos viéndome, creo que estoy siendo vigilada, pero quien vendría hasta aquí, todas las diosas prefieren estar en el centro del clan para estar protegidas que en vez de estar rondando solas en las orillas.
Sonara extraño pero no me siento incómoda con esa mirada, me siento hasta halagada por ella.

__: No se quien eres.....- dije en voz baja.
Pero se que algún día te conoceré acosador mío- dije dando una sonrisa leve para volar al centro de mi clan e ir a ver a Aneliz.

𝕋𝕦 𝔼𝕣𝕖𝕤 𝕄𝕚 𝕃𝕦𝕫 (𝕋𝕖𝕞𝕡𝕠𝕣𝕒𝕕𝕒 𝕀)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora