CALLE:
Ya había pasado un día desde que con María José dijimos que en 3 días la haría mía pero aún así nuestra relación era incómoda. Llevábamos un día sin hablar, solo lo justo y necesario por el trabajo. Lo que debería ser normal para muchas otras personas para mí era insoportable, a eso hay que sumarle que se ha vestido más sexy de lo normal. Hoy andaba con una falda de cuero completamente ceñida a su cuerpo, la típica blusa transparente que dejaba entre ver su ropa interior ¡me quería torturar y lo estaba logrando!
Gracias a Dios este día terminó temprano, María José dijo que tenía una reunión muy importante así que dejó a todos los empleados que estaban a su cargo, libres. Ordené algo de papeleo para que al próximo día el trabajo no se hiciera tan pesado, fiché mi hora de salida y me dirigí a la puerta de salida del edificio, mientras caminaba me di cuenta que la reunión era en el primer piso y que María José iba entrando junto con su prometido. Ella volteó a verme y le sonreí, seguí mi camino sin mirar atrás hasta que hice parar un taxi.
-¿Hacia donde va señorita?
Terminé en el mismo antro de siempre, pedí un whisky y comencé a buscar a una posible presa. Lamentablemente no había nadie que ya no me haya follado anteriormente o que estuviera en pareja.
-¿Que pasa Calle? ¿Perdiste tu toque seductor?- me dijo el imbécil de Keaton desde la barra.
-Claro que no- respondí sin mirarlo -solo estoy buscando a alguien que no me haya follado ya.
-Oh...Bueno dudo que encuentres algo bueno acá si es que ya lo probaste todo.
-Sé que no lo probé todo, tiene que haber alguien- seguí mirando a todos lados pero no había nadie y entonces de repente mis ganas de tener sexo habían desaparecido. Comencé a seguir bebiendo y el idiota de Keaton aprovechó mi borrachera para hablarme del tamaño de su pene que de por cierto no me interesaba. Yo sabía que desde que Keaton me conoció ha querido llevarme a la cama, pero nunca logró interesarme.
-Creo que me iré- dije pagando lo que había consumido -buenas noches idiota.
Salí de ese lugar y me fui caminando, vivía solo a unas cuadras de distancia de ese bar, me di cuenta que el clima comenzó a bajar bruscamente y para cuando llegué a mi casa ya estaba completamente congelada.
-Mierda- dije entrando y prendiendo la calefacción. Caminé hasta la cocina y calenté la cena, abrí una botella de vino y me pregunté si a Poché le gustaría estar compartiendo este momento conmigo...Me sorprendí de como la había llamado, seguramente escuché al idiota de su comprometido decirlo ¿dejaría ella todos esos lujos por un momento como este? -deja de pensar en estupideces- dije en voz alta -ella es una chica de alta sociedad, lo tiene todo. Dinero, fama, se va a casar y de seguro tiene todo su futuro planeado. Hasta debe estar jugando conmigo y tu caíste en su trampa, eres una idiota Calle- saqué mi cena y comencé a comer y algunos segundos antes de terminar mi celular sonó.
ANÓNIMO: Hola ¿Qué haces?
CALLE: Descuida pero creo que te equivocaste de persona, buenas noches.
ANÓNIMO: ¿Eres Daniela Calle verdad?
Dejé de comer y le presté atención a mi celular.
CALLE: ¿Cómo sabes mi nombre? Mira si es una broma te pediría que no siguieras, no tuve un buen día.
ANÓNIMO: ¿Quieres hablar de eso? Dicen que a veces es de mucha ayuda hablar tus cosas con un desconocido.
CALLE: ¿Cómo sé que no eres un desconocido?