CALLE:
No había querido contarle a Matu lo de las clases con Poché, después de todo eran solo eso, clases. Tampoco es que me haga la tonta y no vea lo raro en todo esto porque es obvio que lo es, ella es mi ex pero a la vez se preocupa por mi y no puedo evitar pensar mientras estamos juntas que hace todo esto para demostrarme que realmente cambió y que me extraña pero tampoco puedo olvidar todo lo que pasé por su culpa.
-Amor, me tengo que ir- bajó Matu vestida con su uniforme de enfermera.
-Cada vez que te vistes así me entran ganas de enfermarme y que me cuides toda la tarde- Matu caminó hacia donde estaba yo, se acomodó en mis piernas mientras sus brazos abrazaban mi cuello y me llenaba de besos.
-Podrías hacerte la enferma esta noche y bueno...- comenzó a besar mi cuello.
-Es mejor que pare si es que no quieres otra amonestación por llegar tarde bebé- le di una palmada en el trasero.
-Tienes razón- me besó en los labios- nos en la noche, pásalo bien con Sofía.
-Si, menos mal me dieron libre.
-Ya era hora, nos vemos bebé.
-Adiós amor.
Cuando Matu salió por esa puerta recordé todas la veces que después de hacer el amor con Poché comenzábamos a planear nuestro futuro, cuantas veces creí que a la persona que le diría "buenos días mi amor, que te vaya bien en el trabajo bebé", sería ella y no otra persona. Admito que tengo ese vacío muy dentro de mi que es posible que lo tenga siempre.
-¿Ya terminaste?- Sofía se había vestido sola y llevaba puesto un hermoso vestido rosado con flores.
-Wow, te ves hermosa- se tomó las puntas del vestido y comenzó a girar.
-¿Iremos al zoológico verdad?
-Claro que si, te lo mereces.
-¡Genial!- se lanzó a mis brazos- te extrañaba, Calle.
-Y yo a ti, lamento no haberte dado mi atención como he debido tanto tiempo pero las cosas en el trabajo están complicadas.
.Cuando sea grande no voy a trabajar- sonreí.
-¿No? ¿Y entonces cómo podrás comprarte el zoológico que quieres?
-Me casare con alguien millonario o millonaria.
-¿Millonaria?- ella afirmó con la cabeza.
-¿Te molesta? Tú fuiste feliz con Poché y las dos son mujeres- trataba de explicarme con sus dedos pequeños- Si tú pudiste... ¿Yo también, verdad?
-Es muy pronto para eso, anda vamos al zoológico.
-Eso si, si me gustara una niña tendría que ser como Poché de guapa- solo la quedé mirando y salimos del departamento.
En el camino al zoológico pasamos a comprar un helado para cada una y nos sentamos en la banca de la plaza.
-Me encanta ese sabor- nunca entendí como le podía solo gustar el chocolate.
-Te vas a ensuciar, come con cuidado.
-No importa- me abrazó.
-¿Te gusta vivir conmigo Sofía?- ella me miró.
-Si- noté su cara de tristeza.
-¿Pero por qué estás triste? ¿Hay algo mal?
-No, contigo soy feliz, me tratas bien, me das de comer, me llevas al colegio, me vistes bonito, no dejas que ande sucia y me das amor- las dos no miramos a punto de ponernos a llorar.