CALLE:
Poché salió del baño primero que yo y a decir verdad me hubiera quedado ahí adentro sola a terminar con mi tortura porque ahora si sabía que Poché no haría nada conmigo esta noche hasta que llegáramos a Texas lo cual era realmente frustrante. A eso, súmenle que su ropa se ve extremadamente apetecible, esos pantalones le quedan tan bien.
-Hey despierta- era Alexa.
-Lo...Lo siento ¿Qué pasa?
-¿Crees que podríamos hablar?
-Estamos hablando- Alexa frunció el ceño -¿Qué pasó?
-Solo quería saber como estabas- me di cuenta de que Poché fue a la barra y se preparó un trago. Se sentó a conversar con Mariana, me miró y me sonrió.
-Estoy bien- fijé mi vista en Alexa -y por lo visto a ustedes también les ha ido muy bien con Taylor, no para de sonar en las radios- Alexa sonrió.
-Si... Ella... Ella se ha esforzado mucho para llegar a dónde está.
-Me lo imagino- miré a Taylor quien tenía su mirada pegada en Poché -¿Algo más?
-Quería... Quería ver si podíamos quedar un día de estos- sacó de su traje una tarjeta -ahí está mi número.
-¿Por qué querría quedar contigo? Está bien que antes hubiéramos sido mejores amigas pero ahora no hay nada- noté su cara de tristeza -lo pensaré flaca- no le decía así desde el colegio.
-¿Cómo me dijiste?- solo sonreí y caminé hasta Mariana.
-¿Qué quería esa desabrida?- sonreí.
-Nada, solo que no viéramos un día a solas.
-Bueno que se vaya bien a la mierda- miré a Mariana- ahora tú- me abrazó desde el cuello- eres mi mejor amiga y ella se puede morir de celos.
-Idiota- besé su mejilla y noté como Poché se nos acercaba.
-¿Todo bien?- preguntó bebiendo de su copa ¿era normal que mi libido subiera de forma increíble solo porque está bebiendo de una copa? Creo que me estoy enfermando.
-Si, todo bien.
-¿Quieres salir a tomar aire a la terraza?- asentí, agarré mi vaso y salimos hasta la terraza, cuando estuvimos ahí Poché cerró el ventanal y me di cuenta de que Taylor seguía mirando.
-No me sorprendería que mañana saliera un artículo que dijera que María José Garzón está con una mujer y esa mujer es una rebelde de los suburbios- Poché se rió y me quedó mirando.
-Creo que sería lo más extremo que me ha pasado- nos afirmamos de la baranda y vimos el paisaje -siempre creí que ver el atardecer con alguien era lo más cursi de todo y yo no soy cursi. No sé si te has dado cuenta.
-Yo también creo lo mismo- respondí sin mirarla- pero ahora... Ahora es diferente- no miramos mutuamente.
-¿Por qué?
-¿No lo sientes? Es como si cada cosa que pasa entre nosotras fuera única, cada cosa que hacemos tiene una pisca de miedo incluida.
-Creía que era la única que lo notaba.
-Pues no- sonreí- tenemos miedo de que después de terminar cada beso no nos volvamos a besar, después de cada vez que hacemos el amor y terminamos entra el miedo de que no lo haremos más y sinceramente no sé si podría aguantar tanto.
-Me gusta hacer esas y más cosas contigo, pero creo que no hacemos absolutamente nada de lo que hacen las parejas normales.
-¿Crees que somos una pareja normal?- me quedé frente a ella.