CALLE:
Cuando la alarma sonó el día lunes a las 6:30 de la mañana lo único que hice fue apagarla sin problemas ya que llevaba 2 días sin poder dormir decentemente y todo esto gracias a Poché. Aún no me podía sacar la imagen de su cara, ella realmente había venido a hablar conmigo pero estaba segura de que si no se hubiera dado cuenta que estaba con Matu ella me hubiera mandado a la mierda igualmente porque así es ella, una persona completamente fría y egoísta cuando se lo proponía.
Por otro lado, estaba... bueno, la chica que está a mi lado en estos momentos, la que me saca sonrisas, me hace renacer de donde creía que no iba a salir nunca. Es obvio que hay sentimientos de por medio pero no llegan ni siquiera a los talones a lo que llegué a sentir por Poché y sí, hablo en pasado porque tendría que estar loca para volver a caer.
Me salí de la cama lentamente pero entonces sentí como unos brazos rodeaban mis caderas y me volvieron a meter en esta.
-¿A dónde crees que vas?- besó una de mis mejillas y sonreí.
-A la ducha- entrelacé mis dedos con los de ella.
-¿En serio tienes que irte a trabajar tan temprano?- escondió su rostro en mi cuello, era tan adorable. Matu se encargaba de hacer mis días hermosos y más livianos de lo normal.
-Sabes que tengo que hacerlo, tengo que llegar primera siempre y ordenar las cosas de Johann y de los otros integrantes de la junta.
-No es que me moleste que lo hagas es solo que creo que estás agotada. Entre el trabajo, la universidad y Poché , creo que estas colapsando- no dije nada y voltee a mirarla- ¿Qué? ¿Dije algo malo?
-No.... Es solo que...
-¿Creíste que no lo notaría? Sé que el hecho de ella haya regresado te ha hecho pensar muchas cosas y no te juzgo para nada, si yo tuviera una ex tan importante como la que tú tienes me pasaría lo mismo- besó mis nudillos y sonreí- si quieres un tiempo para pensar yo...
-No necesito tiempo solo... Solo es que ella vino a Miami a ordenar algunas cosas de la empresa pero estoy segura que allá le dijeron que yo salía contigo- me acerqué y besé sus labios- y esa fue la única razón por la que vino, si no, dudo que la hubiera visto.
-¿Te molesta que siga siendo tan egoísta?
-Ella se dio cuenta que soy feliz- volví a besar sus labios- ya no quiero pensar en ella- golpee despacio sus piernas- iré a la ducha.
-Iré a prepararte desayuno, ¿a qué hora llega Mariana?
-A las 3, ella cuidará a Sofía para que puedas ir a trabajar.
-Ok.
Me fui a la ducha que calmó algunos de mis pensamientos, me vestí lo más rápido que pude porque aunque la conversación que tuve con Matu en la cama ayudó en mucho hizo que me atrasara más de la cuenta.
-Mi amor, no voy a alcanzar a tomar desayuno- bajé rápido.
-Lo sé, por eso te lo hice para llevar- me pasó un bolso- toma- no podía creer lo que ella hacía por mí- ¿Qué pasó? ¿Qué tengo?
-Ven acá- agarré sus caderas y besé sus labios, no pasó mucho tiempo y nuestras lenguas ya se habían encontrado, nos besamos durante 1 minuto sin parar hasta que el aire se hizo necesario.
-Wow, creo que empezaré a hacerte el desayuno más seguido- solo sonreí.
-Eres increíble Matu, te llamo en unas horas más para ver cómo te va ¿bueno?
-Esperaré tu llamada, amor- nos dimos un último beso, este más corto que el anterior y salí del edificio. Gracias a Dios a Johann se le ocurrió la brillante idea de que un taxi siempre me fuera a dejar a la oficina, taxi que ni siquiera tenía que pagar porque de eso se encargaba él. Llegué tarde y como era rutinario entré a hablar con Johann.