CALLE:
Tenía los gritos de Mario en mi cabeza, no podía dejar de pensar en lo que acaba de pasar... Él era tan despreciable... Él era el diablo en persona.
-¿Están bien?- nos preguntó el oficial.
-¿Cree que lo estamos?- pregunté con lágrimas en los ojos y mirando a Poché quien no dejaba de llorar ni temblar en mis brazos.
-Lo siento... Señorita María José- Poché lo miró- tiene que venir con nosotros-
-¿Qué? ¿Por qué?
-Tiene que constatar lesiones y dejar una demanda por el... El hombre allá afuera- Poché no dijo nada y noté como el miedo se hacía presente nuevamente en su cuerpo, sus músculos comenzaron a tensarse.
-¿Nos podría dejar solas?- Le pedí al oficial- solo serán unos minutos.
-Claro.
Cuando el oficial se fue noté nuevamente el rostro de Poché, tenía los pómulos morados, los labios rotos, una ceja cortada, sus piernas y brazos tenían moretones por todos lados.
-¿Qué vez?
-A ti- ella sonrió pero apenas lo hizo una mueca de dolor surgió en su rostro- ¿Por qué no quieres denunciarlo?
-Tú sabes por qué.
-Poché... Tienes dinero, contactos, podríamos buscar la manera de internar a tu hermana en algún otro lugar...
-¿Cuánto duraría eso?- nos quedamos mirando- Vale se puede morir en el transcurso de una clínica a otra- empuñé mis manos- no creas que no quiero hacerlo, no creas que no quiero meterlo preso y que ahí dentro lo maten pero... Es algo que va más allá de lo que puedo permitirme.
-¿No puedes llamar a alguien?
-Mi tía, María... A ella nunca le ha gustado del todo Mario.
-Llámala, dile que venga- nos quedamos mirando- tranquila, créeme que me hice experta en pasar de un minuto a otro de ser tu simple secretaria a ser- entonces me quedé callada, porque me di cuenta que no eramos nada. Solo nos gustaba estar juntas, besarnos, tener buen sexo y... Creo que nos amábamos, o sea... Se supone- solo llámala- me fui a la puerta e hice pasar al oficial- la llevaré yo con su tía en unas horas más, está muy adolorida.
-Bueno, si no puede ir de todas maneras levantaré una orden de alejamiento- miré a Poché.
-Gracias- dijo mirando al oficial. Mariana estaba en el living y decidí bajar bajar mientras Poché llamaba a su tía y descansaba unos minutos.
-¿Cómo está?
-No sé- dije sentándome en uno de los sofás- no puedo imaginarme todo el temor que le tiene Poché a ese imbécil.
-Cuando lo vi... Creí que no mataría a todas. Era como estar mirando a una bestia.
-La quería violar Mariana, la quería violar...- comencé a llorar y mi mejor amiga me abrazó.
-Pero no pasó, pedí ayuda a las personas que se encontraban ocupando las otras habitaciones y llamamos a la policía, menos mal todo terminó bien.
-¿Por cuánto?
-No lo sé- sonrió- pero por el momento estamos bien.
-Sofía no puede vivir en este ambiente... Ella... Poché tendrá que hacer algo.
-¿A que te refieres?
-Que mi sobrina está primero que todo en mi vida y si seguir... Seguir con... Yo, no sé... Bueno, con lo que tengo con Poché implicará que mi sobrina tendrá que ver estas escenas, no creo que podamos seguir siendo lo que somos.