CAPÍTULO 19

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CALLE:

Tenía los gritos de Mario en mi cabeza, no podía dejar de pensar en lo que acaba de pasar... Él era tan despreciable... Él era el diablo en persona.

-¿Están bien?- nos preguntó el oficial.

-¿Cree que lo estamos?- pregunté con lágrimas en los ojos y mirando a Poché quien no dejaba de llorar ni temblar en mis brazos.

-Lo siento... Señorita María José- Poché lo miró- tiene que venir con nosotros-

-¿Qué? ¿Por qué?

-Tiene que constatar lesiones y dejar una demanda por el... El hombre allá afuera- Poché no dijo nada y noté como el miedo se hacía presente nuevamente en su cuerpo, sus músculos comenzaron a tensarse.

-¿Nos podría dejar solas?- Le pedí al oficial- solo serán unos minutos.

-Claro.

Cuando el oficial se fue noté nuevamente el rostro de Poché, tenía los pómulos morados, los labios rotos, una ceja cortada, sus piernas y brazos tenían moretones por todos lados.

-¿Qué vez?

-A ti- ella sonrió pero apenas lo hizo una mueca de dolor surgió en su rostro- ¿Por qué no quieres denunciarlo?

-Tú sabes por qué.

-Poché... Tienes dinero, contactos, podríamos buscar la manera de internar a tu hermana en algún otro lugar...

-¿Cuánto duraría eso?- nos quedamos mirando- Vale se puede morir en el transcurso de una clínica a otra- empuñé mis manos- no creas que no quiero hacerlo, no creas que no quiero meterlo preso y que ahí dentro lo maten pero... Es algo que va más allá de lo que puedo permitirme.

-¿No puedes llamar a alguien?

-Mi tía, María... A ella nunca le ha gustado del todo Mario.

-Llámala, dile que venga- nos quedamos mirando- tranquila, créeme que me hice experta en pasar de un minuto a otro de ser tu simple secretaria a ser- entonces me quedé callada, porque me di cuenta que no eramos nada. Solo nos gustaba estar juntas, besarnos, tener buen sexo y... Creo que nos amábamos, o sea... Se supone- solo llámala- me fui a la puerta e hice pasar al oficial- la llevaré yo con su tía en unas horas más, está muy adolorida.

-Bueno, si no puede ir de todas maneras levantaré una orden de alejamiento- miré a Poché.

-Gracias- dijo mirando al oficial. Mariana estaba en el living y decidí bajar bajar mientras Poché llamaba a su tía y descansaba unos minutos.

-¿Cómo está?

-No sé- dije sentándome en uno de los sofás- no puedo imaginarme todo el temor que le tiene Poché a ese imbécil.

-Cuando lo vi... Creí que no mataría a todas. Era como estar mirando a una bestia.

-La quería violar Mariana, la quería violar...- comencé a llorar y mi mejor amiga me abrazó.

-Pero no pasó, pedí ayuda a las personas que se encontraban ocupando las otras habitaciones y llamamos a la policía, menos mal todo terminó bien.

-¿Por cuánto?

-No lo sé- sonrió- pero por el momento estamos bien.

-Sofía no puede vivir en este ambiente... Ella... Poché tendrá que hacer algo.

-¿A que te refieres?

-Que mi sobrina está primero que todo en mi vida y si seguir... Seguir con... Yo, no sé... Bueno, con lo que tengo con Poché implicará que mi sobrina tendrá que ver estas escenas, no creo que podamos seguir siendo lo que somos.

Ninfomanía (18+)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora