CALLE:
Escuché y sentí todo, noté cuando Poché acarició mi espalda, dejó un pequeño beso, se levantó, entro al baño y no sé cómo lo hizo pero se veía más guapa que nunca antes... Escuché como cerró la puerta lentamente, para no hacer ruido pero igual ya me había dado cuenta de todo.
No entendía por qué parte de mi deseaba que se quedara unos minutos más, que me abrazara y me dijera que despertara pero entonces recordé que esto era solo sexo, solo momentos consumidos por nuestra lujuria.
No duré ni media hora más acostada en esa cama, levanté y en una hora ya estaba en mi departamento, al entrar noté la diferencia del cuarto a donde había pasado la mañana - tarde con Poché a lo que veía frente a mi. Recordé el verdadero motivo por el cuál había querido quedar en ese trabajo y con tal solo ver la fotografía que tenía en uno de mis muebles en donde salía con mi sobrina Sofía, de un momento a otro todo tuvo sentido.
-¿Qué haces acá?- preguntó Mariana con cara de recién despertada y eso que eran las 3 de la tarde.
-Nada- lancé las llaves lejos.
-¿Qué te pasó? Tienes cara de disgustada.
-Lo estoy- abrí el refrigerador, saqué una cerveza y me lancé a uno de mis sofás.
-¿Problema con la jefa?
-Mariana no quiero hablar.
-Pero somos amigas, sabes que puedes...- no dejé que terminara, coloqué la cerveza sobre la mesa, agarré las llaves , mi abrigo y salí de ese departamento... Recorrí las calles de Miami tratando de entender por qué me sentía tan rara después de haber pasado toda la noche follándomela como tanto quería, como ello lo quería. Una parte de mi se sentía vacía y eso no me gustaba.
Llegué a una plaza a la que trataba de ignorar siempre pero creo que esta vez la necesidad de sentirme cercana a algo me ganó. Antes de que todo se fuera a la mierda, antes de que mi vida se fuera al carajo esta plaza solía ser mi lugar favorito de mundo porque siempre que venía a este lugar acompañada de Sofía no había ser en el mundo que le quitara la sonrisa de su rostro.
-Wow, no creí que la extrañaría tanto- dije sacando mi celular y mirando la única foto actual que tenía de ella -mierda- dije secándome las lágrimas justo en ese momento sonó mi celular, era un número desconocido.
-Hola- dije secándome las lágrimas.
-¿Ca...Calle?- reconocí esa voz al instante.
-Poché- dije a secas -¿Qué pasó?- entonces sentí como comenzaba a llorar, sus sollozos llegaron directo a mi corazón -Hey... tranquila, trata de respirar y cuéntame que pasó- ella no paraba -¡DIOS! Tienes que dejar de llorar porque me estás rompiendo lo poco y nada de corazón que me queda- escuché como dejó escapar una leve sonrisa.
-Te estoy llamando del celular que nunca ocupo, estoy en un restaurante de comida rápida.
-Ok...sigo sin entender.
-Cuando llegué a la casa Mario estaba ahí, me hizo algunas preguntas, la conversación subió de tono y me golpeó. Es la primera vez que me pone una mano encima... Me asusté tanto que terminé en la casa de una de mis amigas pero la muy idiota llamó a Mario para decirle donde estaba y que teníamos que hablar, salí de ahí y ahora...
-¿QUE EL IDIOTA HIZO QUÉ? DIOS... POCHÉ CUANDO LO VEA TE JURO QUE LO GOLPEARÉ HASTA QUE QUEDE INCONSCIENTE, NADIE PUEDE TRATARTE ASÍ. NO A TI QUE ERES HERMOSA, TIENES UNA SONRISA HERMOSA, TU PIEL ES TAN SUAVE ¿QUÉ CLASE DE SUBNORMAL GOLPEARÍA A ALGUIEN TAN PERFECTA COMO TÚ?- paré cuando me di cuenta que había hablado demasiado -yo...este...mmm...