CALLE:
Habían pasado 3 meses desde que Poché me pidió que me casara con ella, 3 meses en donde mi vida no dejaba de ser una montaña rusa de emociones; iba de una lado para otro con Mariana mirando vestidos, el lugar de la fiesta, el confeti, etc. Les juro que ya no daba más pero cada vez que pensaba en que ya no podía seguir adelante se me venía a la mente todo lo que pasé con Poché, muchas veces me pregunté si esto era una verdadera historia de amor.... Varias veces me costaba apreciar la realidad de las cosas.
¿Qué hubiera sido de nosotras si no hubiese aparecido en su oficina ese día? A lo mejor Poché estaría casada con Mario y yo... Bueno, ya todas y todos saben cómo era yo antes de conocer a Poché. Una chica de la noche si se me puede llamar así. Estoy a dos horas de casarme con el amor de mi vida y aún no caigo en que esto está realmente pasando. Desde que tengo uso de la razón mi vida había sido solo perder personas que amaba y eso, hasta solo unos meses atrás, cambió.
-¿Te ocurre algo?- Mariana había entrado a la habitación.
-Si- voltee a mirarla- no todos los días se va a casar tu mejor amiga, Mariana- mi compañera de toda la vida estaba ahí, parada a centímetros de la puerta con un vestido rojo ceñido a su cuerpo, el cabello recogido y con lágrimas en los ojos- no se te ocurra llorar porque si lo haces yo no podré parar.
-No puedo creer que esto esté pasando- Mariana miró hacia el suelo- O sea... Tú, Daniela Calle, la chica que tenía detrás suyo a toda la escuela. La que no le interesaba el compromiso, solo pasarla bien, la que nunca se había enamorado está acá- Mariana comenzó a caminar para parar a centímetros de donde estaba yo- Estás de blanco- sonreí- tienes una cola de vestido enorme, un velo aún más hermoso y una iglesia repleta esperando a Poché y a ti.
-Estoy haciendo lo correcto ¿verdad?
-¿Crees acaso que Poché no es el amor de tu vida?
-¿Cómo podría pensar eso después de todo lo que pasamos, Mariana?
-Entonces por qué lo preguntas, pequeña- Mariana extendió su brazo derecho y secó una de mis lágrimas que viajaban por mi mejilla- pero creo que es mi deber decirte esto.
-¿Qué?
-tú sabes que siempre he estado contigo, en las buenas, en las malas y en las peores- me reí- Quiero que sepas que soy tu persona, Calle; sé que ahora te casarás y Poché lo es todo para ti, sé que con ella no necesitas nada ni a nadie más en tu vida pero- Mariana hizo una pausa y comenzó a sollozar- pero...- su voz se cortó- Yo siempre seré tu persona sabes, siempre estaré para ti cuando discutas con ella y necesites irte lejos de todo. Yo manejaré por ti, cuando no puedas dormir porque Poché tenga que ir a un viaje de negocios, yo iré y dormiré contigo- no me aguanté las lágrimas- cuando me hagas tía voy a amar a esos niños como nunca amé a nadie en esta vida- hubo una pausa en donde solo nos miramos, estoy segura que al mirar los ojos de Mariana toda nuestra vida juntas pasó por un segundo frente a nuestros ojos- lo que te quiero decir es que si ahora necesitas aire, quieres pensar, o si quieres pescar un auto y no casarte seré tu copiloto así como lo seré en unos años más cuando a Poché la vejez le rinda cuentas. Puede que tenga 7 hermanos y tú sabes todo lo que los amo, todo lo que los aprecio pero tú, Daniela Calle, eres la hermana que siempre quise tener y nunca tuve- sabía que iba a arruinar mi maquillaje pero no me aguanté. Me lancé a los brazos de la única persona que siempre me bancó en todas, la que me decía las cosas ya fuera si me gustara o no- Quiero que seas muy feliz- susurró a mi oído.
-No puedo creer que esté a punto de casarme- nos secamos las lágrimas y nos quedamos mirando.
-Ya te dije que si querías escapar yo manejo, tu tranquila- nos reímos.