POCHÉ:
Los rayos del sol ya tocaban mis piernas y sentía la calidez de la mañana, hoy no era un día cualquiera. Hoy era el día en que me casaría con Mario Ruiz.
Un peculiar recuerdo vino a mi mente despertando en mí ciertos sentimientos encontrados, unas sabias palabras de mi abuela retumbaban mi cabeza haciéndome entrar por fin en razón, luego de haber estado engañándome. Sin embargo, muchas veces por más que sabemos que es el mayor error, es mejor pensar que todo irá bien y que los sacrificios que se hacen por la gente que amas es irremplazable.
-¿Estás lista?- era mi tía que tenía un bolso donde llevaba todos los accesorios y cosméticos que utilizaría.
-No quiero levantarme...
-Vamos, no es tan malo después de todo.
-Tú tampoco lo soportas y lo sabes.
-Poché...
-Sabes muy bien a que me refiero, no quieres que me case con un tipo que se dedicará a golpearme, pero sé cuanto odias la idea de que me gusten las mujeres, de haberme visto ese día con Calle en la cama.
-¡Silencio!
-¡No me voy a callar!
-¡Claro que si, tu no eres bisexual ni nada de eso!
-¡Cállate y lárgate de mi habitación!
-Poché...
-¡Que te vayas dije! ¡Tu no eres mi madre para tratarme así!
No aguantaba ni un segundo más tener a alguien que prefería que me pusieran una mano encima antes que vaya en contra de todos sus principios sobre lo que era el verdadero amor y que significaba todo el género.
Me levanté y me dispuse a hacer la llamada que tanto necesitaba, eso era lo único que podía calmarme un poco de cierta manera. Fui a mis contactos y por fin di en llamar...
-Hey...
-Pensé miles de veces si debía contestarte sabes
-Sé como te debes sentir
-No, no lo sabes
-Calle...
-¿Para que llamaste?
-Necesito que sepas que esto es lo mejor
-No es lo mejor, tu juras estar enamorada de él
-Solo quiero que me prometas que vas a cuidar a Mariana, Sofía y a ti...
-¿Por qué me dices eso?
-Prométemelo, necesito que me lo prometas
-Prometo que la cuidaré de personas como tú
-¿Qué?
-Si, esas que llegan hacen que te encariñes y luego se van como si nunca hubiesen sentido ninguna clase de cariño en realidad.
-No soy así
-Si lo eres, lo has demostrado y sabes que no entiendo como puedes ser tan fría...
-¿De qué hablas?
-Olvidarte de todo lo que hemos vivido juntas, de todo lo que nos prometimos de todos lo momentos, estuve cuando Mario te hacía daño siempre estuve, te defendí y te protegí más que a nadie. Poché dime qué estás buscando por qué no entiendo nada.
-Solo quiero que seas feliz y junto a mi jamás lo serás.
-Pero cómo es que eso lo puedes saber tú... No sabes nada de lo que siento ni lo muy feliz que me haces así que deja de decir tonterías.