CALLE:
Esta etapa en mi vida se llamaba ¿Cómo superar al amor de tu vida? Desde que Johann me leyó el fax que le había mandado Poché habían pasado dos semanas, dos semanas en donde me enfoqué solo en mí, Sofía y Mariana.
También me enfoqué en el deporte, sabía que para no estar mal tenía que tener alguna recreación y aunque pensé en salir y follarme a cuanta chica se me cruzara, también entendía que esa no era la solución para olvidar y desenamorarme de Poché.
En el trabajo, Johann trata de conversar de ella pero yo le cambio el tema, le digo que no me interesa saber de ella; un día me dijo que Poché trataba de comunicarse conmigo pero que mi celular, el de Sofía y Mariana no respondían y es obvio que no responderían, porque decidí cambiar mi número y le pedí a Mariana que hiciera lo mismo y de paso hice lo mismo con Sofía.
Durante días he tratado de entender el porqué de su decisión, recuerdo cuando me llamó para decirme que estaba feliz porque ahora seríamos libres y podríamos estar juntas sin ningún problema, recuerdo su voz quebrarse cuando me dijo que me amaba y que la espera ¡JODER LA ESPERÉ COMO UNA IDIOTA!
Lo peor de todo... Lo peor era que aún la amaba, puede que la decepción y rabia se estén llevando un gran porcentaje de mi amor hacia ella pero aún la amaba.
-¿Terminaste?- era Johann.
-Si estos son los últimos papeles- le pasé el informe.
-Muy bien, eficiente como siempre- le dio una leve mirada al informe- ¿Cómo va la universidad?
-Bien, la próxima semana son mis semanas de exámenes así que tendré que pedirte días libres.
-Descuida, los que quieras- nos quedamos mirando.
-¿Me darás los días libres porque soy buena en lo que hago o por lo que pasó con Poché?
-Te daré libre porque eres buena en lo que haces- ni siquiera lo pensó- no creas que no me siento culpable.
-¿Por qué te sentirías culpable?
-Toda esta idea de Mario fue mía desde un principio.
-No es tu culpa que me haya enamorado de una cobarde- él me miró y sonrió- ¿Por qué sonríes?
-De a poco vuelves a ser la misma hija de puta que conocí- solo sonreí- supongo que es un buen indicio.
-Supongo- dije ordenando mis cosas.
-¿Has conocido a alguien?- cuando Johann me hizo esa pregunta solo recordé a Matu, ni siquiera me ha llamado en estas dos semanas.
-No- respondí de inmediato, miré la hora y quedaba una hora para el cambio de turno en el hospital- si no me voy ahora no llego. Buenas tardes que tengas un lindo fin de semana.
-Para ti también Calle, para ti también.
Salí del edificio y monté el primer taxi que salió, le dije que me llevara al hospital. Mientras íbamos en camino miré una florería y pedí que se detuviera, compré bombones y volví al taxi; estaba nerviosa, no veía a Matu hace dos semanas y en estas dos semanas podría haber pasado de todo, incluso ya podría tener pareja.
Cuando llegué decidí que no iba a pasar, aunque hacía un frío horrible decidí esperar afuera. El tiempo pasaba y entonces noté una silueta que ya conocía, llevaba el cabello suelto, vaqueros negros ajustados a su cuerpo, un abrigo del mismo color y una pequeña boina en su cabeza, se veía hermosa; Matu caminaba mirando al suelo así que ni cuenta se dio cuando me puse detrás de ella y le hablé.
-Vaya, vaya- Matu se detuvo y miró hacia atrás- como es posible que te deje de ver unas dos semanas y estés más guapa que la última vez que te vi- ella solo sonrió.