CALLE:
No sé en qué momento terminé solo con la ropa interior puesta y con las manos de Poché al interior de mis bragas, tampoco sabía cuántos orgasmos había tenido de pie, solo sujetada por la pared.
-Me encantas- dijo Poché pasando su lengua desde mi cuello hasta el lóbulo de mi oreja -me encanta que grites mi nombre- yo no podía responder a nada de lo que ella decía, estaba en un estúpido trance de placer, era como una maldita droga -dime que quieres que haga contigo Calle- sentí como aumentó sus movimientos.
-Oh...mmm... Poché...yo...no...Fuck- no podía articular palabra alguna.
-Anda, dime- como pude di un salto y abracé sus caderas lo cual hizo que sus dedos tuvieran más profundidad dentro de mi, me aferré a su cuello como si mi vida dependiera de ello -estás tan húmeda Calle, me estás matando- me golpeó contra la pared y sus movimientos volvieron a tomar velocidad. Entraba y salía de mi interior como una desquiciada, sus ojos estaban más verdes que nunca y se podía notar la pasión en ellos -anda, córrete, córrete de nuevo. Córrete para mi bebé- ella tenía que parar de hablarme sucio, no tenía idea alguna de como me ponía eso -vamos Calle, córrete- y justo en ese momento sentí como todos mis músculos se tensaban, como mis piernas perdían fuerzas, pero los brazos fuertes de Poché me agarraron y me pegaron contra la pared, su frente quedó pegada a la mía y podía sentir su respiración caliente y acelerada contra mi rostro -Dios eres tan sexy- Poché jaló mi labio inferior y lo succionó.
-Llévame a la cama- apenas noté que mi respiración volvía a la normalidad pude hablar -siento que mis piernas no dejan de temblar- Poché tenía una estúpida sonrisa en su rostro porque sabía que eso era un efecto del magnífico trabajo que hicieron sus dedos. Poché me cargó en sus caderas y me depositó lentamente sobre la cama -sácame las bragas- noté como abrió sus ojos -vamos jefa...me molestan, aparte creo que ya las estropee- abrí mis piernas y noté que Poché apretó sus piernas y se mordió el labio inferior -¿Lo hará usted o lo haré yo?
-Yo...yo lo haré- dijo tragando saliva. Agarró mis bragas desde mis caderas y comenzó a bajarlas lentamente -estás...completamente depilada- solo sonreí -¡JODER!- me senté en la cama y le di la espalda.
-¿Me desabrochas el brassier?
-Calle...tienes un culo- sentí como sus manos me acariciaban el trasero.
-Dije brassier- coloqué su mano en mi ropa interior. Poché no se demoró nada en desabrocharlo, voltee a verla y tenía las mejillas enrojecidas y estaban calientes -llegó mi turno preciosa- me acerqué a ella y desabroché su blusa -no sabes las ganas que tengo de verte desnuda, voy a recorrer centímetro a centímetro cada rincón de tu cuerpo, te voy a morder, arañar y tendremos el mejor sexo de tu vida.
-Basta- noté como volvía a apretar sus piernas.
-¿Debes estar muy mojada no?- seguí con la falda, bajé el cierre y ahora estaba solo con su ropa interior de color rojo -color rojo- la miré -llegó tu turno- la lancé a la cama y me coloqué encima de ella, sin avisarle- comencé a besar su cuello. Lo mordía y succionaba todo a la misma vez... una de mis manos bajaron por su abdomen hasta el dobladillo de su ropa interior y se lo bajé lentamente, cuando estaba a punto de despojarla de su prenda, acomodé mi rodilla cerca de su centro completamente húmedo y comencé un movimiento que hacía fricción.
-OH MIERDA- se aferró de mi espalda y sentí como sus uñas se enterraban en mi piel -mmm...oh...Calle...Calle...Yo...- el broche de su brassier estaba por delante así que con mi mano izquierda lo desabroché y lancé lejos -chúpalas- dijo con la voz entrecortada.
-Tu no me dirás que hacer, ahora estas bajo mi poder.
Me acomodé con todo mi cuerpo sobre ella y mi boca se encontró con la suya, su lengua entró de un momento a otro lo cual hizo que una oleada de calor bajara justo en mi centro, sonreí cuando la escuché gemir. Solté sus labios y bajé hasta su cuello en donde mordí, succioné y lamí toda su piel, mordí muy despacio su clavícula haciéndola delirar. Su espalda se arqueó y un grito ensordecedor se apoderó de todo el cuarto. Continué bajando hasta sus pechos, me llevé uno a la boca mientras que con una de mis manos jugaba con su pezón.