CAPÍTULO 37

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CALLE:

Cuando los doctores terminaron de sacar todas esas máquinas, tubos, sondas que tenía Sofía me preguntaron si quería estar con ella antes de hacer todo el papeleo que que tiene que hacer cuando una persona fallece y les dije que si quería; también les pedí que no dejaran que nadie pasara que necesitaba estar sola.

Sentí como el doctor, el cual era el mismo que seguía el caso de la hermana de Poché puso su mano sobre mi hombro izquierdo y susurró un "lo siento". Sentí como mi hombro volvió a sentir frío cuando por fin sacó su mano de este, escuché como la puerta se cerró y dejé escapar un enorme suspiro. Junto con él, más lágrimas comenzaron a recorrer mis mejillas, mi cuerpo temblaba y creía que me desmayaría ahí mismo pero me juré a mi y a Sofía que sería fuerte, que trataría de ser lo más fuerte posible pero claro está. Nunca me podría comparar con Sofía, mi pequeña fue la chica más fuerte del mundo incluso en su último suspiro. ¿Cómo se sentirá morir? ¿Habrá sentido dolor? Espero que el dolor en ese momento no estuviera presente porque mi pequeña ya había tenido mucho de eso en su vida.

Caminé hasta el lado de la camilla de Sofía, tenía los ojos cerrados y una leve sonrisa en su rostro, me pregunté si estaría jugando con el abuelo en algún lugar, aunque no lo dudo. ¿Que niño no sería digno de ese lugar? Mi mano temblorosa se acercó a la de ella y aunque su temperatura había bajado demasiado aún se podía sentir algo de calor, apreté su mano con la esperanza de que ella hiciera alguna mueca pero nada. Recordé cuando solía sacarla de esa casa e íbamos al parque a pasar el rato, lo poco y nada de dinero que tenía o que me conseguía era para ella. Siempre comprábamos su helado favorito y solíamos volver hasta la noche a la casa porque era el único momento en donde mis padres no se daban cuenta de si estábamos o no, ya que para ellos las drogas siempre siempre fueron más importantes... Sentada a su lado me pregunto ¿que hubiera pasado si no le hubiese llevado conmigo? ¿Ella hubiese sido más feliz? A lo mejor la respuesta a eso es si, pero también sé que los meses que estuvo a mi lado fueron los meses más felices que pasó en su vida. Me alegro de poder haberle dado todo lo que algún día dije que le daría.

Llevé la mano de Sofía a mi boca y la besé sin contar las veces en que su piel ya casi completamente helada rozaba con la piel de mis labios. Sonreí al recordar su risa y el sonido de sus pies al chocar con las escaleras cuando bajaba corriendo desde el segundo piso, recordé todos los besos de buenas noches que me daba y todos los cuentos que dejé a medias sin poder leer, espero que me perdones por eso y de todo el tiempo que perdimos. Yo no sé ser madre, aún no soy madre pero estoy segura que mi experiencia con Sofía me ayudará en todo lo que venga más adelante. Miré nuevamente a Sofía y pensé que  ella si le hubiese encantado tener este hermanito o hermanita nacer. Dejé escapar el último suspiro, miré hacia el suelo y me pregunté en voz alta... "¿Ahora qué Calle?"

La única razón por la que conocí a Poché era porque necesitaba el trabajo para traerme a Sofía pero ahora... Ahora la razón que nos unía se ha desvanecido, por algún motivo que desconocía todo con respecto a Poché ahora estaba borroso en mi cabeza, de la nada me bombardearon un millón de preguntas que no podía responder y sinceramente ni siquiera quería pensar en ello. Me levanté de la silla y besé la frente de ni sobrina por última vez, bajé la vista y me quedé algunos segundos ahí. Quería grabarme ese rostro en mi cabeza, no quería que por ni un motivo se me olvidara. Después de casi un minuto fui capaz de soltar su mano, le di la espalda al cuerpo de mi pequeña y salí de la habitación y todos los ojos estaban puestos en mi.

-¿Estás bien?- ¿Qué clase de pregunta es esa? Pero no me sorprendía, venía de Mariana.

-He estado mejor- le sonreí falsamente y caminé hasta el ascensor cuando sentí la mano de alguien sobre mi brazo.

Ninfomanía (18+)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora