CAPÍTULO 36

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CALLE:

Cuando fueron cerca de las 8 am. Traté de entrar a donde se encontraba Sofía pero el médico de cabecilla no me dejó.

-Necesito entrar, es mi sobrina, es mi única familia en el mundo.

-Lo sé- me quedé callada- sé quién es usted y sé quién es Sofía pero si usted quiere que su hermana salga de esta situación tendrá que confirmármela al 100%.

-Calle...- Poché tomó mi brazo- el doctor sabe lo que hace- miré los ojos verdes de Poché, esos ojos que lograban calmar hasta la peor tormenta existente dentro de mi ser- confía en mí.

-Está bien- miré al doctor- no deje que le pase nada, por favor, se lo pido.

-Tú tranquilízate y déjame hacer mi trabajo- el doctor puso su mano derecha en mi hombro derecho- está en buenas manos- esbocé una diminuta sonrisa.

Poché me sacó del pasillo y caminamos hasta la sala de espera. No quería soltar su brazo, me sentía débil, frágil. Toda mi vida las personas me dijeron que nunca habían conocido a una persona tan fuerte como yo. Muchos de ellos sabían la vida de mis padres, todo lo que viví y pasé para poder ser alguien en esta vida pero ahora, no sabía cómo lidiar con esto. Quise ser mejor persona por Sofía, quería poder traerla y darle todo lo que ella siempre soñó, quería que me viera crecer, trabajando en lo que había estudiado y ahora.... Ahora está ahí dentro siendo pinchada por todos lados para los innumerables exámenes que tienen que hacerle.

-¿Estás bien?- Poché dejó un café sobre la mesa, frente a mi.

-He estado mejor sabes- tomé el café con mis dos manos y dejé que este las calentara- solo... solo es que .... Dios- no podía decir una palabra sin que la voz se me quebrara.

-Solo es una niña...¿Eso no?- la miré- no me mires así aún tenemos una conexión- sonreí.

-Es solo una niña Poché, tiene todo el mundo por delante y está en esa habitación con varios especialistas luchando por su vida- Poché tomó mi mano- solo quiero que salga de ahí y corra a mis brazos.

-Calle...

-¿Que?- Poché bajó la mirada y comenzó a llorar- Hey... No, por favor no te derrumbes, tú no- salí de mi silla y me puse de rodillas frente a ella, mis manos se fueron a los costados de su rostro y la miré directamente a los ojos- no te derrumbes, te necesito de pie Poché, necesito que me sostengas en este momento porque no sé lidiar con todo esto- comencé a llorar- eres mi apoyo, mis brazos, mi piel, mis piernas, mi cerebro en estos momentos y yo... yo Poché... yo te necesito- nunca creí que volvería a decir eso en toda mi vida- te necesito conmigo- Poché acercó su frente a la mía y cerró los ojos- te necesito Poché.

-Seré todo lo que quieras que sea- nos quedamos mirando- todo- repitió a centímetros de mi boca- nuestra pequeña estará bien- acarició mi cabello y para entonces yo ya estaba perdida en sus ojos.

-Hola- reconocí esa voz, era Matu pero estaba con Johann- perdón si interrumpimos algo- noté como Matu no dejaba de mirar a Poché- pero Johann llegó a tu casa.

-Supe lo de Sofía.

-¿Cómo?- le pregunté a Johann.

-Si Johann, dile cómo te enteraste de lo de Sofía- por alguna razón que desconozco, la voz de Matu sonaba muy irónica.

-Es mejor que hablemos solos- dijo Johann- ¿te importa?

-No, anda vamos.

Me levanté del sofá y caminé con Johann hasta la parte trasera del hospital, hacía mucho frío y corría viento.

Ninfomanía (18+)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora