Él es un personaje de ficción.
Ella es real.
Ahora tras varios sucesos inexplicables ambos estarán destinados a vivir una épica aventura dentro de un cómic, en busca de un asesino sin rostro y las respuestas sobre el porqué de la conexión de sus mu...
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¿Cómo vivió esos tres días en el hospital Fujimoto? Simple, haciéndose pasar una médico del lugar y así provechaba para comer y dormir en una cómoda cama gratis. Aunque eso ya no fue posible, puesto que la directora del sitio la descubrió y al revisar su bata supo que no pertenece ahí. Así que, bueno, la sacó a patadas a la calle.
No tenía idea de que hacer, no tenía ni dinero ni un lugar donde quedarse y lo único que pudo hacer en ese momento fue tomar asiento en la entrada del hospital, pensando lo que haría a continuación. Después de varios minutos se le prendió en foco ¿Cómo no se le había ocurrido antes? Podía ir al departamento de Kikyo, no está muy lejos y sabe su contraseña para ingresar, en un momento de desesperación eso fue lo único que se le ocurrió.
Después de caminar varias cuadras por fin había llegado, puso el código de contraseña del departamento y entró sigilosamente. Corrió a la cocina y tomó varias bolsitas de papas fritas que encontró, seguido de eso puso a hervir agua. Mientras tanto fue al cuarto de la secretaria y abrió todos los cajones, hasta dar con el lugar donde esconde un gran sobre con dinero.
-Perdóname Kikyo...- se guarda el sobre entre sus ropas y abre el armario de la mencionada, tomando la primera prenda que ven sus ojos, para así cambiarse a toda velocidad. Ahora vestía una blusa blanca acompañada con una falda verde, medias altas de color blanco y botas negras.- vaya, es increíble que tenga que hacer ésto.
Iba a salir del cuarto pero de repente escucha la entrada principal abrirse, alguien más había llegado y probablemente era la dueña, ahora si estaba en serios problemas. Rápidamente tomó todo lo que había saqueado y lentamente avanzó hacia la puerta de la habitación, cerrándola con seguro. Debía calmarse primero y pensar en una buena excusa o explicación.
Pero todo pensamiento se borró de su mente al momento que puerta es abierta de una buena patada y ella cayó bruscamente al suelo a consecuencia de ésto. Sus se abrieron como platos al reconocer a la persona que tenía frente suyo ¡Es Inuyasha! ¿Pero cómo? Genial, lo que le faltaba, que él ahora la viera como una ladrona.
-¿Kagome?- alza la ceja de la impresión.- ¿Qué? ¿Ahora te dedicas a robar? Anda, levántate rápido.
Éstos constantes encuentros sorpresa con ésta chica comenzaban a desconcertarlo, definitivamente coincidencia no es. Estaba en el departamento de Kikyo para retirar unos documentos pero al ver la cocina encendida y una que otra funda de frituras sin contenido en el suelo, supo que había un invasor aquí, o invasora en éste caso. Aunque no imaginó que se tratase de ella y ya hasta había llamado a la policía.
-Ya veo, así que la policía vendría pronto- agacha la cabeza, tomando asiento en el comedor.- al menos ahí no moriré de hambre después de todo.
-¿No tienes familia aquí?- le preguntó mientras terminaba de prepararle una sopa instantánea, de verdad esa mujer se veía desesperada. Pero, según él, ella está casada ¿Entonces dónde está su esposo cuándo ésta chica más lo necesita?
