Él es un personaje de ficción.
Ella es real.
Ahora tras varios sucesos inexplicables ambos estarán destinados a vivir una épica aventura dentro de un cómic, en busca de un asesino sin rostro y las respuestas sobre el porqué de la conexión de sus mu...
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Aome, Koga y Akitoki se apresuraron a llegar al estudio, la azabache simplemente pedía que nada malo haya pasado y que su padre éste ileso pero las cosas no siempre salen como se esperan.
-¡Papá!- grita corriendo hacia él, su hombro sangraba y la sangre bajaba por todo su brazo izquierdo.
-Llamaré a una ambulancia- se apresura a tomar su teléfono Koga.
-¿Inuyasha le hizo ésto...?- pregunta con lágrimas bajando por sus ojos mientras abrazaba a su padre, que por momento estaba inconsciente.
Akitoki guardó silencio dando a entender que así es y Aome simplemente lloraba desconsolada. Minutos después la ambulancia llega y Onigumo es trasladado al hospital acompañado por su hija.
~o~
Llovía fuertemente e incluso habían relámpagos de vez en cuando que aparecían en el cielo nocturno. Inuyasha había caminando sin rumbo fijo durante horas y horas con la mirada perdida. Había tomando la decisión de vengar a su familia y le disparó a su creador pero, no fue capaz de matarlo y le apuntó al hombro.
-Aome debe estar odiándome ahora...- recuerda con nostalgia los momentos vividos con ella mientras cruzaba sin precaución alguna la carretara- ¡Ket! Al final solo soy un personaje de ficción.
Se sube al filo del puente observando fijamente las oscuras aguas del océano, ya no le importaba nada y sabía que Aome no querría volver a verlo después de lo que le hizo a Onigumo. Tampoco existía un asesino y su mundo estaba completamente paralizado, ni familia tenía ¿Qué podría perder ahora?
No tenía un motivo para seguir con vida.
Entonces tomó aire y sin más saltó, la última imagen que vio antes de que todo se volviera oscuridad, fue Aome sonriéndole.
Mientras que arriba en el puente, cierto sujeto de vestimentas oscuras y sin rostro lo observaba detenidamente mientras se hundía en lo profundo del mar. Estaba más que furioso por la decisión de Inuyasha.
-Oye ¿Qué haces ahí parado?- pregunta un ciclista acercándose al sujeto sin rostro.
-¿Acaso piensas saltar?- cuestiona otro.
El sujeto de traje negro soltó una risa malvada y sin darles tiempo a reaccionar, con la pistola que trajo consigo les disparó a todos y cada uno de esos ciclistas. Desahogando su rabia por lo visto.
~o~
Al día siguiente, la azabache aún permanecía sentada en el mismo sitio desde la madrugada, no durmió y tampoco tenía ganas y ya ni le quedaban lágrimas para llorar. Quería encontrar a Inuyasha y hablar con él.
-Aome...- se acerca Akitoki con una expresión de angustia.