Él es un personaje de ficción.
Ella es real.
Ahora tras varios sucesos inexplicables ambos estarán destinados a vivir una épica aventura dentro de un cómic, en busca de un asesino sin rostro y las respuestas sobre el porqué de la conexión de sus mu...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Ambos estaban en shock, las palabras de la enfermera fueron el golpe final para el señor Higurashi.
-¿¡Muerte cerebral!?- cuestionó Akitoki, con los ojos bien abiertos.
-A-Aún no es seguro, pe-pero si continúa inconsciente, bueno...- no la dejan terminar y sin previo aviso Onigumo se deja caer al suelo.- se-señor ¿Está bien?
-Mi Kagome, mi pequeña hija- lágrimas caían, ésto era lo peor que a un padre le podía pasar, que su hija corra el riesgo de morir y por su culpa.- dígame ¿D-Dónde está ella ahora?
-Es que, yo... Disculpe, pero, n-no lo sabemos- intenta explicar.
~o~
Por fin le permitieron pasar, pero solo por un corto tiempo, el protagonista abrió la puerta e ingresó a aquella silenciosa habitación de hospital y ahí pudo ver a la mujer que amaba, conectada a varias máquinas, sin hacer movimiento alguno.
Se sentó a su lado, ella todavía usaba ese anillo de bodas, al igual que él y lo único que pudo hacer en ese instante, fue tomarla de la mano, si la perdía, ya no tendría sentido continuar viviendo, fue por Kagome que decidió luchar para librarse de W, todo lo hizo para estar a su lado.
Su brazo entero volvió a desvanecerse por unos cuantos minutos ¿Acaso así terminaría todo? ¿Acaso su destino era estar solo por el resto de su vida y luego desaparecer inevitablemente?
<<A no ser que...>> piensa y una idea le llegó a su mente, sería peligroso, pero era la única forma de salvarla, así también tendría tiempo de pensar en lo que haría más a continuación.
~o~
-Un muchacho vino, aseguró ser su esposo y se quedó solo con ella por un buen tiempo. Pero para cuando volví, ellos ya no estaban, desaparecieron y aún no sabemos cómo lo hizo- concluyó la enfermera.
Todo estaba más que claro para el creador de W y su asistente, por lo que se fueron de ahí una vez que Onigumo reaccionó de su shock y volvieron a la casa, entonces otro problema más se sumó a la lista, su ex-esposa buscaba a Kagome, ya le había llamado un par de veces. No podía decirle la verdad, por lo que simplemente contestó que no la había visto.
El señor Higurashi, estaba completamente deprimido y tuvo que tomar unas fuertes pastillas para poder consiliar el sueño, aunque eso no disminuía su angustiada y culpa, sentía que agonizaba lentamente con cada segundo que pasaba.
Esa misma noche, inesperadamente Inuyasha llegó y los convocó a los dos, todos estaban en la sala, el recién llegado se veía igual de deprimido y devastado. Un silencio incómodo reinó en el ambiente, pero no duró mucho tiempo y la conversación comenzó.
-Veo que ya despertó, señor- eso fue lo primero que dijo el protagonista y el preocupado padre asintió.
-¿Y Kagome?- preguntó con recelo, de alguna forma presentía que la respuesta no sería la que quería escuchar precisamente, que la noticia que recibiría sería aún más trágica, pero debía saberlo todo.
