Él es un personaje de ficción.
Ella es real.
Ahora tras varios sucesos inexplicables ambos estarán destinados a vivir una épica aventura dentro de un cómic, en busca de un asesino sin rostro y las respuestas sobre el porqué de la conexión de sus mu...
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Mientras el villano hablaba, con cautela el protagonista movió con su pie la silla más cercana, obviamente no estaba dispuesto a morir aquí, batallaría hasta el final, ésto no podía terminar así.
-¿Ya lo entendiste, Taisho? Quiero conocer ese mundo y para eso, tienes que morir. Ya no te necesito ¡Yo mismo pienso descubrir la verdad...!- no concluye con la frase pues segundos antes de apretar el gatillo, el herido del bala levanta la dura silla con su pierna, logrando golpearlo con la misma- ¡Argh, maldito!
Rápidamente Inuyasha se levantó, restándole impotencia a su grave herida en su pecho y arremetió contra el congresista para tratar de quitarle el arma, pero terminó contra la mesa. Takemaru intentó dispararle nuevamente, pero de una buena patada en el estómago fue enviado al suelo junto con el peliplateado, la lucha continuó y entre golpes e insultos, finalmente la pistola fue separada de su dueño.
-No tengo la intención de morir aquí- con dificultad se levanta, dejando a su agresor inconsciente en el piso. Podría salir de aquí sin problemas, aunque se sentía muy débil por el disparo recibido.
Gimió de dolor y por unos segundos la imagen de Kagome llegó a su mente, tenía que volver con ella, determinado se apoderó de la pistola y justo a tiempo, ya que los secuaces de su enemigo llegaron, dispuestos a detenerlo. Sabiendo que no tenía otra opción, les disparó a todos y cada uno de ellos, pero en puntos no vitales.
También tuvo que luchar con varios más a puño limpio mientras subía las escaleras, su visión se tornaba borrosa y le costaba respirar, pero eso no fue impedimento para que volviera a su automóvil y manejará lo mejor que pudo lejos de ese sitio.
~o~
Su corazón se lo decía, estaba muy inquieta y una prueba clara de que algo había salido mal, es que el brazo de su progenitor dejó de desvanecerse y se tornó normal. Alzó la vista hacia el reloj que reposaba en lo alto de la pared y se asustó al ver ya era muy tarde, en medio de tanta angustia, su celular vibró.
-¿Si? ¿Hola?
-Señorita Kagome, algo importante sucedió.
-¿Miroku? ¿Qué pasó? ¿Ya te liberaron?
-Por fortuna sí, estoy vivo.
-Que alivio ¿Dónde está Inuyasha?
-De eso quería hablarte, hace un rato lo puede ver escapar de ahí en un carro, pero se veía muy herido. Yo no puedo ir tras él, ahora me encuentro capturando a los secuaces de Takemaru en el lugar de los hechos.
-¿De verdad? Entiendo, me aseguré que éste bien ¿Podrías mandar a tus hombres al Motel Sengoku? No puedo dejar sólo a mi padre, está algo inestable.
