Él es un personaje de ficción.
Ella es real.
Ahora tras varios sucesos inexplicables ambos estarán destinados a vivir una épica aventura dentro de un cómic, en busca de un asesino sin rostro y las respuestas sobre el porqué de la conexión de sus mu...
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-¿Kagome Higurashi?- nombró una voz masculina, obligando a la mencionada a alzar la cabeza y mirar todo a su alrededor, no tenía idea de donde estaba ésta vez.- entonces hay que encontrarla para hayar de una buena vez el paradero de Inuyasha.
Reconoció a la persona que tenía de espaldas frente a ella y supo que lo más prudente sería huir de ahí sin llamar la atención del candidato a futuro presidente. Se agachó con cautela y gateó por detrás de los muebles de la oficina, hasta llegar a la puerta, sin embargo al momento de girar la perilla, la misma rechinó y llamó la atención de ese hombre.
-¿Quién es usted?- cuestiona Takemaru, dejando de lado su llamada y se puso de pie, señalándola con su dedo índice.- usted es la cómplice de Inuyasha, no me engaña ¿¡Quién la dejó entrar?!
-Perdone- se pone pie y sale corriendo del sitio a toda velocidad, varios guardias la persiguieron pero logró evadirlos al tomar el ascensor.
Al salir de las instalaciones y sabiendo que estaba lo suficientemente lejos como para ser capturada, respiró ondo, tratando de calmarse aunque la incertidumbre no la dejaba tranquila ¿Por qué se supone que estaba en la oficina de Takemaru? No tiene sentido, se suponía que solo podía aparecer en lugares donde el protagonista esté o vaya a estar ¿¡Qué está pasando aquí?!
<<Él me busca seguramente porque fui identificada con Inuyasha, pero ¿Acaso fue Takemaru el que me trajo de vuelta al cómic? Eso quiere decir entonces... ¿Qué cualquier personaje ahora puede traerme a éste lugar?>> pensaba impactada y asustada a la vez, al no entender el motivo de ese cambio.
Pero ahora no era momento para preocuparse por ese asunto, lo único que le importaba es ir con Inuyasha y ayudarlo, le preocupaba que no haya podido curarse de esa herida fatal, quiera estar a su lado. Entró a la primera tienda que sus ojos vieron y se acercó al vencedor rápidamente.
-Buenas noches, disculpe ¿Me podría decir qué fecha es hoy? Oh y también la hora.- preguntó con angustia evidetente.
-Día veintidós de agosto, son las 11: 00 p.m- le hace saber y ella soltó un suspiro de alivio, a penas habían pasado un par de horas desde que volvió momentáneamente al mundo real y estaba a tiempo de volver al sitio donde se oculta el fugitivo del momento.
-¿Qué le pasó a Inuyasha Taisho? Estuve de viaje por unos días y no he tenido tiempo de ver las noticias- interroga.
-Ah, mató a alguien y está huyendo. Pero todavía no logran localizarlo- explica y la chica asintió, saliendo a toda velocidad de ahí, tenía el dinero suficiente para tomar un taxi hacia el dichoso motel, no había tiempo que perder.
Pero eso no pudo ser.
Tomándola por sorpresa, todo a su alrededor comenzó a acelerarse, volviendo a ser de día y nuevamente de noche, así fue la secuencia por varios minutos, mientras que las agujas de su reloj no paraban de dar vueltas, entonces comprendió lo que pasaba. Nuevamente el tiempo del cómic se aceleraba y sólo ella podía notarlo. Todo se detuvo en un día soleado como cualquiera y no dudó en volver a la misma tienda de hace poco.
