Él es un personaje de ficción.
Ella es real.
Ahora tras varios sucesos inexplicables ambos estarán destinados a vivir una épica aventura dentro de un cómic, en busca de un asesino sin rostro y las respuestas sobre el porqué de la conexión de sus mu...
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-Nadie de nosotros va a desaparecer ¿Quién dice que debería ser así? Podemos sobrevivir los tres juntos- pronunció, mirándolo fijamente.
-Kagome ¿Tú deseas quedarte aquí para siempre?- cuestiona sorprendido.
-Si, los tres viviremos felices- afirma con total seguridad, también tenía miedo, pero era la única opción o de lo contrario solo dos regresarían al mundo real y no quería eso.
-¿Y cómo viviremos juntos? Porque tu padre y yo vamos a terminar en prisión, pasaremos ahí el resto de nuestras vidas. Jamás podremos tener vidas normales- advierte.
-Entonces será así como nos veremos, es mejor que nunca volver a vernos. No importa nada más, no quiero volver a perderte- una lágrima resbala por su mejilla.
El protagonista niega con la cabeza.
-Un final como ese, no es posible- le hace saber.
-Si es posible, necesito que tú y mi padre estén a mi lado, no imagino la vida de otro modo...- solloza y más lágrimas caen- ¿Aún quieres que yo decida? Pues esa es mi decisión.
Inuyasha suspira y deposita un beso en su frente, él tampoco quería dejarla y si esa era la elección de su amada, la respetaría. Haría todo lo que estuviera a su alcance para evitar ser capturados por la ley, para que ella sea feliz. En ese mismo instante, las sirenas de la policía se hicieron presentes ¡Maldición! Los habían encontrado, seguramente por los videos de las cámaras de seguridad de la zona.
-Si no queremos terminar aquí, tenemos que irnos ya- su novia asiente y ambos corren al estudio, debían hacer tiempo para prepararse para su huida. Ahí fue cuando a Kagome se ocurrió algo, minutos antes de que los uniformados ingresaran al patio a inspeccionar, borró todas las ventanas y puertas con ayuda de la tableta, dejando solamente la del garaje.
A partir de ahora, serán fugitivos.
~o~
Sin llamar la atención, pudieron escapar de la vivienda y se fueron de ahí a toda velocidad en el automóvil que la chica del grupo dibujó y se perdieron en medio de la oscura autopista, lo mejor que podían hacer es ir a descansar a un motel. El creador de W dormía en el asiento trasero y su hija lo acompañaba, mientras que el protagonista iba al volante.
-Kagome ¿Recuerdas lo que dijiste?- inició el peliplateado, captando la atención de la mencionada- hace tiempo, me hablaste sobre que tu esposo jamás te dijo que te amada ¿No? Bien, yo...- hace una corta pausa- te amo.
-Inuyasha- se sonroja fuertemente, sintiendo su corazón latir apresuradamente y no tardó en esbozar una tierna sonrisa, aunque de alguna forma aquellas palabras sonaron como a una despedida- yo también.
Luego de varios minutos de viaje, llegaron al mismo motel en el que se ocultaron la vez pasada, una vez bien acomodados, Inuyasha se fue para salvar a su mejor amigo y antes de irse, le aseguró que volvería, que no debía preocuparse.