Él es un personaje de ficción.
Ella es real.
Ahora tras varios sucesos inexplicables ambos estarán destinados a vivir una épica aventura dentro de un cómic, en busca de un asesino sin rostro y las respuestas sobre el porqué de la conexión de sus mu...
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Lo pudo ver por un par segundos más, pero justo antes de que él abriera los ojos, Kagome se desvaneció y regresó a su hogar nuevamente. Así fueron los siguientes días, cada vez que el protagonista dormía, soñaba con ella y por ende, eso la hacía regresar al cómic por cortos instantes. Una vez sus miradas se conectaron por un corto lapso de tiempo, pero nada más.
Al momento que Inuyasha salió del hospital dos meses después, dejó de tener sueños referentes a ella y no volvió a verlo en persona, pensó que así sería siempre pero se equivocó.
Todavía conservaba como un tesoro su anillo de bodas y nunca se lo quitaba, aquel día se le cayó por accidente, rodando escaleras abajo. Lo persiguió y sin querer chocó con alguien.
-Ah, lo siento yo...- no pudo terminar de disculparse pues se paralizó al percatarse de que ya no estaba en el hospital y sobretodo, tenía a Inuyasha justo frente suyo.- y-yo, etto.
El mencionado recoge su sortija del piso y se la entrega.
-Toma, ve con más cuidado ¿Si?- esboza una sonrisa, alejándose de ahí.
La chica no respondió y lo miró fijamente mientras se alejaba, estaba impactada, en mucho tiempo tuvo la oportunidad de escuchar nuevamente su voz. En ese instante regresó a su mundo, las lágrimas la invadieron de nuevo y sin poder luchar más contra ese dolor, se desmoronó en el suelo, llorando como nunca antes lo había hecho. Siendo observada por sus compañeros del hospital.
Así transcurrieron los días.
<<Se olvidó completamente de mi, el Inuyasha que estaba desesperado, que perdió todo rumbo en la vida, y que intentó apoyarse en el amor con el propósito de continuar... Se había ido para siempre. Y el Inuyasha con el que los lectores estaban familiarizados, regresó. Nuestro héroe que siempre es fuerte y jamás es derrotado>> miró fijamente al Goshimboku de su templo y otra lágrima traicionera bajó por su mejilla.
~o~
Le dió otro sorbo a su bebida, terminando de dibujar en su cuaderno algo de vital importancia y su tableta ya estaba lista para ser usada. La puerta se abrió en ese momento y Akitoki entró con una maleta, Onigumo sabía que su asistente tenía pensado renunciar, pero debía convencerlo de quedarse o no podía reanudar W solo.
-Lo siento jefe pero ya planeaba regresar a mi pueblo natal. Quiero dejar de dibujar ¿No lo entiende? Ahora hasta los dibujos animados amenazan nuestras vidas, ya fui a un templo y visité sacerdotes, incluso compré amuletos protectores- definitivamente estaba traumatizado- no puedo seguir así.
-Escúchame bien niño, si no me ayudas graves desgracias ocurrirán ¿Quieres vivir una vida tranquila? Bien, ayúdame a darle un final feliz a W y te dejaré en paz para siempre. Solo así el asesino no volverá a éste mundo ¿Comprendes?- frunce el ceño y su asistente con pesar asintió.
