Él es un personaje de ficción.
Ella es real.
Ahora tras varios sucesos inexplicables ambos estarán destinados a vivir una épica aventura dentro de un cómic, en busca de un asesino sin rostro y las respuestas sobre el porqué de la conexión de sus mu...
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-... Me encerraron- continuó hablando el desesperado hombre, sin parar de sollozar, era evidente que pasó por duros momentos en todo ese año transcurrido.- mi mano se desvanece cada cierto tiempo, un año atrás llegué aquí y-y yo, estuve a punto de matar al conductor del taxi en el que iba.
Agacha la cabeza, sintiéndose completamente avergonzado de sí mismo.
-Los recuerdos del asesino están en mí, ya lo entendí, una vez que ese maldito murió... Ambos nos volvimos uno solo, me convertí en un personaje del webtoon- sonríe con nostalgia- la policía me atrapó agradiendo al taxista, ni siquiera supe que razones tuve para hacer eso, mi cuerpo se movió por sí solo. La mente de Naraku se apodera de mí constantemente y al no tener familia, me enviaron a una institución mental.
-Tiene problemas, porque le vienen ideas encontradas- añadió el protagonista- él no está nada bien, sufre de personalidad múltiple y no sé como ayudarlo. Ah, no es prudente que lo presionemos tanto.
-¿Y cómo logró salir de esa institución mental?- interroga.
-Escapó del siquiátrico ésta mañana y vagó por el vecindario, hasta llegar a una residencia que el mismo dibujó tiempo atrás en caso de emergencias. Pensó que la tableta estaría ahí y tuvo razón, ese aparato también se transportó a éste mundo, supongo que eso fue porque éste es el episodio final- explica, haciendo una corta pausa- se enteró que hoy era mi juicio de apelación por las noticias y decidió intervenir.
-Oh Kami...- susurra, de verdad estaba angustiada y no podía esperar para reencontrarse con su progenitor, temía por su salud y estado, aunque, por suerte tenían con ellos la tableta, eso era bueno, ahora sólo debían buscar la manera de volver los tres al mundo real.
El vehículo se detuvo, estacionándose frente a una residencia idéntica a la casa del mundo real de Onigumo y rápidamente Kagome se bajó, entrando al sitio. Corrió directo al estudio y para su sorpresa, ahí estaba su padre pero atado con cuerdas en sus manos a una cama, ver eso la horrorizó.
-Papá ¡Papá!- lo movió, jamás pensó verlo así, incluso sus ojos se humedecieron y las lágrimas cayeron, quería ayudarlo pero ¿Cómo lo haría?
-Él quiso que yo lo atara así- le hizo saber su novio.
-Kagome... Ka-Kagome- pronunció el señor Higurashi despertando y la observó casi como si su alma hubiera vuelto a su cuerpo, mostrando una inmensa felicidad.- ¿E-Estás vi-viva? ¡Oh, hija querida!
-Si, estoy viva- lo abrazó y ambos rompieron el llanto, por fin habían vuelto a reunirse, pero los problemas no terminaban, aún existen cosas que no se pueden cambiar.
Para el anochecer, la azabache fue a la cocina para preparar la cena y el peliplateado de quedó en la habitación, para acompañar a su ahora suegro. Entonces una preocupante conversación se hizo presente entre ellos dos y es que, ésto era algo inevitable.
