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Escuché pasos acercándose, mi cuerpo tembló por el temor de cualquier extraño que se me acercara.

-Hey.- El sonido de la voz llego a una distancia considerable de mi.

Se escuchaba alguien joven.

-¿Sí?.- respondí tranquilamente, ni siquiera levante la cabeza, había tenido la misma posición desde que me senté, sentado con las piernas recogidas y la cabeza entre ellas. No quería que la persona que estaba hablándome observara que no podía ver.

-Me preguntaba si estabas bien, tu ropa no parece sucia y estás arrimado a una pared muy sucia, pareces alguien perdido.- murmuró, tal vez para no asustarme.

-Yo, agradezco tu preocupación.- No pude continuar por que sentí que alguien se sentó a mi lado.

- Tú olor es muy fuerte, transmite miedo. Apenas alzaste la mirada, y eso no es algo que haríamos. Descarte varias opciones pero ¿Tal vez no puedes verme?.- Giré mi rostro hacia la voz.- Tienes unos ojos muy hermosos pero parece que no sirven de mucho. Te acompañare a un lugar seguro, vamos.-

Sentí que tocaba levemente mi brazo con intención de agarrarlo para levantarme.

-No puedo confiar en..... - Dije apenas con un hilo de voz, no pude evitar que se me formara un nudo en la garganta.

-Soy Beta, me llamo Shia, tengo 27 años y vivo a dos cuadras de aquí, solo quiero ayudar, ¿Puedes tratar de confiar en mi? Se que no me conoces pero, no puedes seguir aquí, así.-

- No estoy seguro, por favor..... - me sentía tan indefenso, no sabía las intenciones de esta persona, estaba tan concentrado en el miedo que me constaba concentrarme en su olor, tenia una duda tan grande en mi interior, mi lobo y yo no sabíamos si aceptar o no la ayuda.

- Solo quiero ayudar, lo prometo.-

Deje que Shia me levantara, me sujeté a su brazo de inmediato y me apoye para poder caminar, todavía sentía temor por la desorientación que no me ayudaba en nada.

-¿Donde estoy?.- pregunté al sentir que caminábamos un largo tramo.

-No se si has escuchado la Ciudad Beta, estás en su zona central, aquí vivimos solo personas Beta, no tenemos complicación con los otros géneros. Tampoco somos renegados, simplemente somos personas normales, con trabajos normales y vidas así.-

Seguimos caminando un poco más.

-No, no lo había escuchado. Casi no salgo de casa..-

-Me lo imaginaba, aquí es.- Nos detuvimos y me hizo soltar su brazo. Escuché una puerta de metal abriéndose y tocó sutilmente mi brazo.

-Disculpa mi humilde casa, se que no la puedes ver pero te estoy siendo sincero. Una vez arriba puedas descansar un poco, llamar algún contacto y solo tal vez decirme porque estabas técnicamente abandonado en ese mural. - hablaba Shia mientras caminábamos, me indicó que habían algunas escaleras y me ayudó.
Mamá siempre decía que no confíes en extraños, pero no tenía a nadie más. Lo siento.

Me indicó que llegamos a su departamento, escuché cuando abrió su cerradura y me tocaba suavemente mi espalda baja para que pasara.

Al estar en algo fuera de peligro, quise desplomarme en el piso y llorar por horas.

-Toma asiento, te traeré un poco de agua. - Parece que se olvidó que no podía ver por qué me dejó y se retiró. Estaba en la entrada así que yo solo me encamine al sofá o por lo menos lo intentaré.

Ubique una pared, Comencé a dar pasos cortos a través de ella, mientras buscaba con mis manos el sofá, pase por una pequeña mesa, luego por una ventana, toque un televisor y el sofá siempre está frente a este, camine hacia el frente, aproximadamente cinco pequeños pasos y lo encontré.

Una vez escuché como se acercaba me acomode mejor, me pude relajar un poco, me dolían algunos músculos por la postura que adquirí cuando me senté allá en la calle. Tenía el trasero realmente entumecido de haber estado sentado en el mismo lugar por algunas horas.

-Cierto, no puedes ver. Lo siento mucho, de verdad.- Se acomodó en el mismo sofá pero un poco distante de mi.- Después de tomar un poco de agua, tendrás que comenzar a explicar mejor la situación y recordar tu contacto.-

Me imagino que Shia otra vez se olvidó de que no podía ver por qué todo se quedó en silencio, creo que dejo el vaso cerca de mi y esperó que cogiera el vaso que me había ofrecido.

Después de unos segundos se dio cuenta ya que tomó mi mano y me ofreció el vaso.

- Lo siento. -

- No te preocupes, hasta me parece un poco cómico. Es normal cuando no estás acostumbrado a tratar personas como yo.- traté de brindarle una pequeña sonrisa de comprensión y agradecimiento.

- Si sonríes así más a menudo puedes quedarte aún sin que conozca tu nombre. - ambos nos reímos un poco.

- Soy Jimin, tengo 22 años, soy omega y vivo en la zona central de Busan.- Tome un profundo respiro.- Realmente no me perdí simplemente mi prima Lía me abandonó ahí donde me encontraste, diciendo que era una prueba de valentía.-

-Ok, tu prima fue la que te abandonó pero ¿porqué? si así es tu familia, tienes que salir de ahí.-

-Me siento más que enojado, decepcionado. Es mi familia como lo menciona, y tranquilamente me dejó ahí, ella sabe muy bien que no puedo ver, me desoriento en lugares extraños y no cargaba mi celular conmigo.- Realmente no pude evitar comenzar a llorar. Me dolía el pecho por el sentimiento de decepción.

A pesar de la indiferencia que ella me pueda tener, nadie merece ser merecedor de tal acción siendo una persona discapacitada, aunque fuese una broma.

No reaccioné cuando Shia se acercó poco a poco y me abrazó por los hombros.

-A veces a las personas buenas nos toca gente mediocre como familia, lo siento Jimin. Sé que es una historia más profunda, ojalá en alguna oportunidad puedas contarla mejor. Tienes mi celular a tu disposición para que contactes con tu pareja o tus padres.- Me susurró mientras me seguía abrazando.

- Se que pensaras que soy idiota, pero desde pequeño uso un collar con mi dirección y los números de contacto, cuando Lia me saco de casa no me puse mi collar que se encontraba en el perchero, además ella antes me había cogido el teléfono y dejado en otro lugar, no tengo a quien llamar.- me sentí tan estupido, como no puedo saberme el número de mamá o de la casa, mi dirección, por Dios. Tal vez después de tranquilizarme un poco lo recordaría mejor.

Mamá tal vez cuando era pequeño me lo enseño, realmente no recuerdo casi nada ahora. Nunca vi necesario aprenderme esas  cosas por qué yo jamás salía de casa sin compañía y sin mi collar.

- Estamos en problemas.- dijo Shia una vez se separó del abrazo.

Blind soul - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora