13.2

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Abrí los ojos de golpe.

La sensación de que me iba a caer fue lo que me despertó. Incapaz de ver con claridad, me frote los ojos intentando despejarme.

Era de noche o el lugar donde estaba era demasiado oscuro. No parecían haber pasado demasiadas horas desde lo del boliche, era lo último que recordaba.

Sentía frío en las piernas y en los brazos. Reconocí que estábamos en un callejón, al lado de la basura. Estaba sentada sin nadie a mi alrededor, lo que me asusto porque tenía pensado encontrarme con Matias.

Me levanté rápidamente y comencé a caminar por el sitio, pero me encontraba demasiado mareada. Tuve que parar un par de veces y sostenerme a la pared porque no estaba bien, tenía revuelto el estómago como si no hubiera comido en días.

Oí unas pisadas provenientes de alguien corriendo y un empujón. Levante la cabeza y mire a Matias. Su aspecto era horrendo.

Quizás llevaba varias semanas preocupada en todo lo que nos pasaba para no haberme dado cuenta de que estaba demasiado delgado. Dejo mostrar una parte de su abdomen porque llevaba la camiseta un poco descolocada, permitía ver sus notables costillas.

'¿Por qué haces eso?' pregunté con cara de pocos amigos, estaba demasiado mareada como para que me hicieran bromas.

'¡Has despertado!' exclamó poniendo una de sus manos en mi mejilla, estaba frío y temblaba.

'¿Que?' pregunté confusa, cuestionandome cuanto tiempo llevaría dormida.

'Llevas...' hizo la expresión de pensar pero inmediatamente su cuerpo pegó un terrible temblor y volvió a tener la misma expresión anterior.

'Da igual' dije, sabía que no se iba a acordar. Sabía que en ese momento estaba drogado, los continuos temblores eran fáciles de notar, los espasmos, las manos frías, su aspecto escuálido y su piel llena de pequeñas erupciones. Como granos y ronchas infectadas.

'Tenemos que volver a casa' dije aunque supiera lo que me fuera decir. Como si me esperara su respuesta, llevábamos demasiado tiempo juntos para conocernos lo suficientemente bien el uno al otro.

'¡Kat, tengo una plan!'

Está vez no estaba para aguantarle drogado. 'Un plan para volver a casa y olvidarnos de todo esto' conteste intentando caminar hacia delante, pero mi paso era demasiado lento.

'Kat, no quiero volver a casa' paró frente a mí y agarró mis manos.

'¿Y que quieres hacer?' pregunté y poco a poco fui agachándome hasta sentarme en el suelo. Si daba un paso más iba a vomitar o probablemente algo peor.

'No lo sé, simplemente sé que no quiero volver a casa'

Su tono era siempre alegre. Algo que te suelen hacer las drogas es la incapacidad de mostrar expresiones reales por el subidón que te dan. Estás todo el rato en un continuo subidón de energía.

'Pero...'

'Kat, yo no quiero volver' respondió cortandome. Le dio otro espasmo de estos que solían hacer que pusiera expresiones raras sobre su rostro. 'Mierda' dijo, teniendo que agacharse a mi lado. Saco una jeringuilla del bolsillo de una chaqueta que probablemente habría sacado de la calle.

'¿Que pasa?' pregunté preocupada.

'Otra vez' respondió, haciendo el protocolo que seguía antes de pincharse. No dije nada y deje que lo hiciera todo el solo delante mía.

Resbaló y quedó casi acostado en el suelo. Tosió sangre. Una gran mancha de sangre corrida sobre la pared de ladrillos del callejón. Mis ojos se abrieron de golpe de la impresión que me dió.

'¿Estas bien?' tartamudee e intente apoyarme en el para mostrarle apoyo. El asintió e intento levantarse a duras penas para irse a vomitar detrás del contenedor de basura. '¿Que te pasa?' grité extrañada, aún sentada en el mismo sitio de antes por el mareo que sentía.

No era una sobredosis, era algo más raro aún. Estaba consciente vomitando apoyado sobre la pared.

'¿Matias?' pregunté pero de repente se derrumbó lentamente cayendo finalmente al suelo. Corrí como pude para acercarme hacia el y sostenerle la cabeza.

Por la poca iluminación que había en el lugar, su piel parecía estar más pálida. Más bien, ni siquiera eso, parecía tener otro color. Como si de repente estuviera amarillo.

'¡¿Matias?!' volví a preguntar alterada con mis manos sobre sus mejillas.

'Llevame al hospital' susurró, con los ojos entrecerrados, manchas de sangre sobre su ropa y la mano encima del abdomen.

teenager sucks ☹ | Matías Candia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora