4.1

530 52 14
                                    

Veía todo borroso.

No sabía ni como había llegado a mí cama de nuevo, no me acuerdo ni siquiera de haber venido aquí. Después de montarnos en el coche de Ori y Pan...¿como se llamaba?

No me acuerdo, da lo mismo. Después de montarnos en su coche, no me acuerdo de más. Cogí mí móvil, estaba tirado al lado mío, las 9:30. Había perdido la primera hora de clase pero de cierto modo no me interesaba ni ir.

Tampoco me apetecia quedarme en casa, así que me vestí con una pequeña camiseta rosa de manga corta que dejaba ver mí ombligo, una falda corta blanca y un buzo encima gris. Me puse las converse de siempre de color negro.

Mí padre debía de haberse ido al trabajo porque su habitación estaba vacía. Me lave los dientes, cogí una fruta de la cocina y la mochila del colegio.

Sali de casa con las llaves en la mano. El día estaba nublado pero no hacía demasiado frío, estaba a punto de comenzar la primavera. Cuando vi la acera de al lado, un escalofrío recorrió todo mi cuerpo. Pablo.

Pablo y yo nunca habíamos tenido nada, simplemente le pasaba fotos desnuda, últimamente había estado ignorando sus mensajes (desde que el ignoraba mis mensajes también). No les había tomado importancia después de lo sucedido con Lautaro y Matías. Pablo no debía de saber dónde vivía, ni siquiera dónde estaba ¿que hacia ahí?

Decidí ignorarle y pasar de largo como si no le hubiera visto, pero era demasiado tarde, el iba gritando mí nombre detrás mío y no tenía otra alternativa más que empezar a correr o pararme a hablar con el.

Por el tono de su voz, creo que la mejor elección era la primera. Eche a correr por la calle, casualmente en las peores situaciones no hay una sola persona en estas. Cada vez iba gritando más alto y yo iba corriendo aún más rápido, ni siquiera veía dónde estaba yendo, simplemente estaba intentando encontrar algún sitio con gente para poder despistarle.

Entre a la tienda de la gasolinera de la esquina de mí calle. No espere siquiera a revisar si me había seguido hasta aqui, solo quería un sitio donde no me pudiera hacer nada.

'¿Necesitas algo Kat?' pregunto alguien, me asusto que supiera mí nombre. Di un pequeño salto y me gire para ver a Rod detrás del mostrador. '¿Que haces aqui? Deberías estar en el colegio' contesto el al verme.

'¿Estas bien?' pregunto, no respondí, apenas podía hablar y sentía que me faltaba el aire. Mí móvil comenzó a vibrar, seguro era Pablo pero decidí no tomarle importancia. '¿Querés entrar dentro?' pregunto el señalando con su pulgar una pequeña puerta detrás suyo, asentí con la cabeza.

'¡Martín! Estás al cargo' gritó, un chico un poco más mayor con barba y el pelo negro se acercó al mostrador. La habitación era pequeña, tenía un sofá y una máquina de café.

'¿Te gusta el chocolate?' pregunto Rod, moví mí cabeza de lado a lado. 'No quiero, gracias' dije aún sin suficiente respiración por todo lo que había ocurrido. '¿Que paso?' pregunto acercándose a mí.

'No importa' respondí un poco más tranquila. 'Sabes que me podes contarme lo que sea' dijo el, le mire de vuelta, me sorprendía la forma en la que me trataba para apenas conocernos.

Entonces acabe contándole lo de Pablo, Rod me abrazó y pareció comprenderlo rápidamente. Volvio a impresionarme la forma en la que Rod me trataba para tener tan poca confianza el uno al otro. Igualmente decidí no preguntarle.

'Si vuelve a acercarse a ti, llámame, iré de inmediato' dijo agregando el número en mí móvil. 'Muchas gracias' dije realmente agradecida y le abrace, el me abrazo de vuelta y luego acabe saliendo de su tienda con una bolsa de patatas clásicas. Mire por la calle antes de salir, Pablo había desaparecido.

Y realmente rezaba porque no volviera a aparecer.

El problema es que Pablo seguía pagando por el servicio de mis nudes semanales y cuando comenzó a pasar lo de Matías y Lautaro dejé de tomarle importancia al asunto.

Por eso me estaba buscando.

teenager sucks ☹ | Matías Candia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora