teenager sucks ☹ | Matías Candia.

2.

CAP. 2. 'DROGAS'

Recuerdo cuando tú cabeza prendió en llamas, Catalina. Fue exactamente en verano del 2016, apunto de pasar a un nuevo curso, me contaste en tu piscina que te dejarías de cortar el pelo para siempre.

El cambio lo habías dado hace mucho, ¿el paso? Desde hace muy poco. Tu madre estuvo a favor de ello, más o menos desde 2014 a 2015 se esperaba tu gran cambio, todos lo hacíamos. Tú padre, no dudó en cortarte la hermosa melena castaña que te había crecido desde el invierno del 2015, inmediatamente volvió a casa después de un viaje de trabajo por Alemania.

Recuerdo haberte visto de nuevo con el pelo corto después del verano, te sentaste a mí lado en la primera clase de después de las vacaciones. No podía creer lo que estaba viendo, no creía que fuera obra tuya, así que cuando me contaste que había sido tu padre no dude ni un segundo.

Sin embargo dijiste con una gran sonrisa: '¿Has visto que varias famosas han comenzado a cortarse el pelo? Podré acostumbrarme'. Sonreí yo también cuando me contaste eso, te quería, fueras como fueras. Acepte tu cambio desde el primer momento, Catalina siempre había sido tu nombre, desde que naciste. Siempre serás mí mejor amiga, desde que éramos pequeñas hasta ahora.

Bruno era otro mogolico más, no merecía ni un minuto más de tu atención. Te lo habría dicho un monton de veces si no pararas de intentar pasar del tema, como ahora mismo, probandote ropa de mí armario.

'¿Vas a tardar mucho?' pregunté, llevaba vestida unas horas antes que ella, llevaba un top cruzado de color azul claro y una falda de tiro alto del mismo color. Mí maquillaje era sencillo, simplemente me había alisado el pelo (más de lo que ya era) y me había puesto unos tacones de plataforma de color negro. Llevaba uñas postizas de color negro.

Catalina salió del baño después de unos minutos, llevaba puesto al final un vestido completamente pegado a su cuerpo de color verde fluorescente sin mangas. Me gustaba bastante su outfit, muchísimo más que el mío.

'Estas preciosa, ¿nos vamos?' pregunté ansiosa, Catalina sonrió. Nos cogimos de las manos y nos fuimos andando hasta la fiesta.

Esta vez no sería una fiesta cualquiera, un grupo de el último curso decidió juntarse cerca del río de la ciudad con más gente y nos llegó la invitación gracias a Lautaro.

También estaría Matías.