Ellbereth Stark; la heredera de un gran imperio, pero también de una fuerte voluntad como la de su padre. Juntos eran el dúo perfecto, hasta que una amistad la hizo cambiar de perspectiva de su vida tan prometedora. Tuvo que sacrificar los diamante...
-Como si me hubiera caído un misil encima.-brome.-Ah! Ahora que lo recuerdo, fue exactamente lo que sucedió.
-Veo que estas bien.-contesto sonriente.-al menos tengo algo que devolverle a tu padre.
-Si me viera así te mataría.
-No se va enterar, acabaremos antes de que lo note.-continuó Steve.-vamos, iremos a lo de Sam.
-Sam... ese Sam? ¿El de a tu izquierda?
-Exacto. Puedes andar?.-preguntó preocupado, aunque intentara ocultarlo.
-Soy una Stark! Somos difíciles de Extinguir.
-Bien. Continuemos, Nat nos espera al final de la calle.
-Okeeey.
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La pequeña casa de Sam se encontraba relativamente cerca del anterior departamento de Steve. Apenas llegamos toqué frenéticamente la puerta haciendo que Sam no tardara en atender.
-Sam lamento llegar así, pero necesitamos escondernos.-habló directamente Steve.
-Todo el mundo quiere asesinarnos.-continuo Nat.
-Izquierda! soy demasiado joven y millonaria para morir drásticamente.-expresé alarmada.
-No todo el mundo.-expuso Sam, otorgándonos el paso a su casa.-El baño se encuentra en mi habitación por si desean asearse.
-Yo primero.-respondí efusivamente.- después los muggles.
-Las toallas están ahí mismo.
-Gracias.-sonreí
Encontrar el baño fue sumamente fácil, pues la casa era sumamente pequeña, perfecta para una sola persona. Me demore 15 minutos, y fue maravilloso, todos mis musculo se relajaron por completo por el agua caliente, pero al salir me di cuenta de que mi ropa era todo un asco. Así que me envolví en la toalla y saque mi cabeza por la puerta.
-Saaam! Saaam!.-grité llamando su atención.
-Sip?
-Por casualidad no tienes algo de ropa, que puedas prestarme, la mía esta echa un desastre.-pegunté carismática.- y no te preocupes por el gasto, cuando acabe todo te enviare un cheque.
-No es necesario, tengo algo de ropa que no necesito. Es un obsequio señorita Nueva York.
