Ellbereth Stark; la heredera de un gran imperio, pero también de una fuerte voluntad como la de su padre. Juntos eran el dúo perfecto, hasta que una amistad la hizo cambiar de perspectiva de su vida tan prometedora. Tuvo que sacrificar los diamante...
Hace 30 minutos que llegamos al centro de la ciudad donde paramos en una tienda de ropa de segunda mano, pero por mas que veía, nada me convencía... todo era muy convencional y nada de eso es mi estilo. Me gusta los diseños únicos, lo extravagantemente caros, con hilos de oro cosidos a mano por el mismísimo diseñador; y todo aquí gritaba manufactura barata, seguramente de la sobre-explotada india.
-Ten.-dijo Steve interrumpiendo mis dramáticos pensamientos, para pasarme una sudadera y un par de tenis de dudosa marca.
-Es en serio Steve? No se ni en que gama de colores entra la sudadera y con solo sentirla, se que es 100% polyester. Y no hablemos de los zapatos... que hay de malo con mis Martens.
-Ya te vieron con ellas, tienes que cambiarlas... en cuanto a la ropa, lo mejor es pasar desapercibidos.
-Al menos cómprame unos Converse, son económicos y todo el mundo los usa, además son mas cómodos que estos marca Zuelita's.... Ni siquiera había escuchado de esa marca en mi vida.-me quejé, mientras el solo suspiraba y asentía con la cabeza resignado.
-Solo elijé unos Ellbereth, no tenemos mucho tiempo.
-Ya los tengo.-dije mostrándole un par de converse palo de rosa que había visto al entrar.
-Ve a cambiarte, te dejé unos pantalones en el vestidor de mujeres. Yo estaré en el de al lado.
Fue lo ultimo que dijo antes de entrar al vestidor. No puedo creerlo! Inclusive mis pantalones de diseñador serán arrebatados de mi, por unos totalmente comunes, de marca y precio de trabajador común.
Cuando finalice de vestirme recogí mi antigua ropa y fui con Steve a la caja, donde la dueña nos esperaba con una sonrisa amable.
-Bien señora este es el trato, nos llevaremos esta ropa que escogimos mas 500 dólares, y mi ropa de diseñador será suya.-Hablé tranquilamente tal como papá me enseño para cerrar un trato.
-Disculpa?.-respondió la señora aparentando confusión.
-No nos hagamos los tontos... a esto se dedica, usted sabe cuanto vale esto, con solo mi chaqueta compraría la tienda entera, y si no lo recuerda, permítame aclarárselo.-dije mientras acomodaba las cosas.-esta es una chamarra marca Versace echa exclusivamente para mi por el diseñador estrella de la exclusiva marca; única en su diseño y talla a medida con valor de 6000 dólares. Por este lado tenemos unos pantalones Gucci con valor de 3500 dólares y unas Martens edición limitada de 1500.-suspire mientras volteaba a verla fijamente.- pensándolo bien, ahora que recuerdo el valor de estas prendas quiero 1000 dólares, que es una gran rebaja de su valor total... que dice?.
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-No puedo creer que fuera tan fácil.-sonreí mientras contaba el dinero en mis manos-Solo para que lo sepas todo lo que dije era verdad, se me hizo extraño que no me molestaras.
-Como podría... son tus cosas, tu sabrás como venderlas. Además es bueno que tengas un poco de efectivo, ya que mis cuentas fueron congeladas y las tuyas están siendo vigiladas.
-Y todo esto por culpa del fastidioso de Pierce. Como me gustaría ponerle un buen Price a su cabeza, para que nos deje en paz.
-Valla! Entendí la referencia.-bromeo Steve.
-Ya basta!.-respondí riendo por su anticuado chiste.-Mejor dime, que es lo que vamos a hacer ahora?
-Iremos al hospital, fue ahí donde escondí el pendrive.
-Ok, y después?
-Solo viendo el contenido sabremos que hacer.-respondió mientras subía a la motocicleta.-usa la gorra, debemos tener cuidado con las cámaras.
-Valee... debería avisarle a mi papá?.-pregunte apenas arrancó.
-Cuantos años tienes?
-18.-presumí.
-Ya eres mayor, decídelo tú.... Que es lo que eliges?.
-Mmm, elijo que tu cuides mi hermosa y perfecta existencia. No voy a arruinar sus negocios y vacaciones por un simple problemilla. Porque no es nada grave... verdad?
-Tranquila, lo resolveremos.
-Esta bien, confío en ti.-respondí sobre el fuerte viento que aumentaba junto con nuestra velocidad.
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Llegar al hospital no fue un problema. Pero si lo fue no encontrar el pendrive en la maquina dispensadora, donde se supone que la dejo Steve. Al parecer habían comprado todas las gomas de mascar de esa sección, malditos! los Hubba Bubba eran mis favoritas.
El reflejo de Natasha mascando chicle rosado apareció repentinamente en el vidrio de la maquina, alertándonos de su presencia y que fue ella quien robo el pendrive y todos los Hubba Bubba que quería para mi. Pero el que ríe al ultimo ríe mejor, le diré a Steve que me compre una caja cuando todo esto termine, como pago de mi agradable compañía en su misión.
Y hablando de Steve, tomo a Natasha del brazo arrastrándola enérgicamente hacia la primera puerta que encontró. Lo único que pude hacer era verificar que nadie nos hubiera visto y correr a vigilar la pequeña puerta, mientras estos dos discutían sobre la información del pendrive y un tal soldado del invierno, quien fue el supuesto culpable de la muerte de Fury. Ella afirmaba que era real y que lo había visto cuando casi la mataba en Irán, dejándole una horrible marca que jamás la dejaría usar trajes de baño, a lo que Steve respondió que seguramente se le verían horribles; sigo sin entender si se refería a la cicatriz o a su físico. En fin... terminamos acordando averiguar de que trataba todo esto, así que nos encaminamos a un centro comercial donde buscaríamos un computador publico. Solo espero que todo resulte bien, pues ahora éramos tres en esta persecución.
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Les deseo una buen inicio de semana y nos vemos el Lunes entrante. :)
