CAPITULO 35

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-Maldición!.-fue la palabra que me despertó de mis profundos e increíbles sueños. Lo primero que noté, fue que me encontraba en mi auto del lado del copiloto. En medio de una subida en la oscura carretera. Noté como Bucky bajaba del carro para abrir el cofre del auto que echaba humo como si de una chimenea se tratara. Parece que santa llegó antes de tiempo. Bajé del auto, colocándome a un lado de mi mecánico exprés.

-Que sucede?

-Te advertí que no era un carro para estos terrenos. La subida a desbielado el motor. Creo que estaremos aquí un buen rato.

-Esto es genial! Mejora a cada momento.-dije mientras sacaba una pequeña linterna de la parte trasera.-Moría por salir de la rutina.

-Como puede ser perfecto? Estamos a mitad de la nada. Haz traído las perlas o algún teléfono?

-Obvio no! Mi plan era desconectarme y toparme con imprevistos. Eso es lo maravilloso de la vida. Aventuras y problemas nuevos. Algo que resolver.-declaré internándome entre los arboles de la colina. Deseosa de ver las estrellas en la cima de ella.

-A donde vas?.-cuestionó notando como desaparecía entre la maleza. No pasaron mas de tres segundos para que lo escuchara subir por igual.

-Vamos Barnes! Es que no tienes espíritu de aventura?.

-Tengo espíritu de sobrevivencia.-respondió subiendo con cautela.-Si recuerdas que estamos en áfrica verdad? Estamos rodeados de Leopardos y Gorilas. Podrían aparecer en cualquier momento.

-Pues ya sabes lo que dicen.-hablé apartando las hojas de los arboles que se interponían en mi camino.-Cuando te toca te toca.

-Ahora puedo entender a Steve.-bufó molesto, por las ramas que chocaban contra su rosto sin consideración alguna.-Solía decir que eres un poco imprudente.

-Solo un poco?.-reí incrédula.-Imprudente es mi segundo nombre. Vamos, quiero ver las estrellas.-pronuncié esforzándome con la inclinada subida. Era un camino muy difícil.-Después podremos irnos.

-No creo que sea lo mejor. Amanecerá en un par de horas. El sol nos calcinaría al caminar por el asfalto. Esperemos a que noten nuestra ausencia o en su defecto al atardecer. Así podríamos caminar toda la noche.

-Caminar? Llegaríamos en casi tres días! Eso si caminamos sin parar.

-Ya estamos a mas de la mitad; solo que no lo notaste. Estabas dormida. Estamos a menos de 12 horas a pie.

-En serio? Eso es bueno.-respondí desinteresada.

Seguimos escalando hasta la cima, que era muy plana y llena de arboles a excepción del pequeño claro en el filo de ella; donde una noche despejada y completamente estrellada nos recibía.

-Es hermoso...-susurré embelesada. África era tan maravillosa como Finlandia. Ambas te mostraban lo que la astronomía podía ofrecer. Su basta plenitud.

-Lo es.-susurró él tomando asiento en el filo junto a mi. Abracé mis rodillas pensando en el todo y el nada. Ser o no ser. Mientras la tranquilidad nos envolvía a la vez.

No había necesidad de llenar ese hueco que se forma por el extenso silencio. Era cómodo estar a un lado del otro sin pronunciar una sola palabra. Solo lo único que ocasionaba un poco de nervios en mi persona era el notar como me observaba de reojo de vez en cuando. Parezco una chiquilla, que sienten mariposas en el estomago por nada. Así que armándome de valor voltee a verlo con un ceja alzada, exigiendo una respuesta por su constante observación. El solo me sonrió de lado, y regresó su vista a las estrellas. Bufé y volví a observar las estrellas. Algunas nebulosas se podían observar, creando un mágico momento. Hasta que el amanecer se abrió paso de una forma majestuosa. Notar como los animales despertaban y continuaban con su vida era maravilloso. La naturaleza es su mayor plenitud.

LEALTAD (La Hija De Tony Stark)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora