Ellbereth Stark; la heredera de un gran imperio, pero también de una fuerte voluntad como la de su padre. Juntos eran el dúo perfecto, hasta que una amistad la hizo cambiar de perspectiva de su vida tan prometedora. Tuvo que sacrificar los diamante...
-Estas bien?.-preguntó T-challa. Justo ahora nos encontrábamos en su Quinjet rumbo a su país.
-Me duele.-respondí estoica.
-Lo se. Está muy quebrado.-señaló mi brazo ahora de un color muy purpura.-Necesita atención medica. Despegaremos en 5.
-Me odia.-divagué.-Va a abandonarme, seré huérfana otra vez. Nada bueno dura para siempre.
-Es tu padre! Como podría odiarte?
-El odio es el segundo sentimiento mas común e intenso en el ser humano. Así que no puedo pensar en otra cosa, que no sea en él odiándome.
-Pues esfuérzate mas!. Es tu padre y te ama.-pronunció seguro.-El esta enojado ahora, si. Pero ay algo que te puedo asegurar.
-Que?
-Que tu eres mas importante para el, que cualquier enojo. Baja del Quinjet, entra ahí y búscalo. Estará enfadado, pero aun así te abrasará y te llevara a casa con el. Nunca dudes de eso.
-No puedo hacerlo... esto es lo correcto.
-Entonces no puedes hacer nada mas que afrontar tu decisión y aceptar su resentimiento hacia ti. El tiempo; hablará por ambos. Y cuando menos te des cuenta, su ira habrá desaparecido. Y en lo único que ambos podrán pensar, es en cuanto extrañan.
-Y ahora eres un experto en estos temas?
-La ira me cegó a mi, al igual que a él. Casi cometo un gran error asesinando al hombre equivocado. El también se dará cuenta; de que solo lastimó a su amigo y alejó a su hija, por no escucharlos.
-Espero que tengas razón.
-Veras que todo mejorará, solo hay que darle su espacio. Y tu también debes tener el tuyo. Tal vez empezar de cero, sea lo mejor por ahora. Wakanda será tu nuevo hogar a partir de hoy.
-Gracias...en serio gracias. De no ser por ti estaríamos perdidos.
-No es nada. Es lo mínimo que puedo hacer, después de los problemas que les ocasioné. Debí escucharte aquel día. Lo lamento.
-Es tiempo pasado ahora.-sonreí recordando nuestra antigua conversación.-Espero que en Wakanda tengan buenas cafeterías. Lo prometiste.
-Como olvidarlo, aun me debes cien dólares. Tal vez con eso podamos pagarlos.
-Oh vamos! Me quedé en la calle, y tu pidiéndome que te pague.
-Que desconsiderado fui. Una disculpa.-me siguió el juego.-Pero quiero aclararle señorita Stark, que no está en la calle.
-Oh ni me lo recuerdes, ya ni siquiera se si soy Stark o no; seguramente ya me desheredó y me quito su apellido. Que bueno que Steve no tenga hijos, porque tendrá que adoptarme. Ahora seré "Ellbereth Rogers" que tal suena?
-Suena bien.-intervino el antes mencionado, tomando asiento.-No dudes en pedirlo, no me molestaría.
-La hija del Capitán América...me gusta. Seguiría siendo la envidia de todos.
-Pues bueno, señorita Rogers. Abroche su cinturón que estamos a punto de despegar.-comunicó T-challa, yendo a los mandos del Jet.-Descansen un poco, el viaje es largo.
Steve y yo asentimos, mientras observábamos como Bucky, se encontraba plácidamente dormido gracias a la anestesia que se le puso. Estará bien con un par de vendajes. Era un peso menos. Steve suspiró y yo lo imité. Ambos sonreímos. Lo habíamos logrado.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.