CAPITULO 45

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Los meses pasaron y el otoño había terminado. La navidad nos abordó en Reine Noruega. Donde conseguimos una hermosa cabaña de dos pisos hace cinco meses. No podía pedir mas...a sido un año maravilloso. Habíamos pasado la mitad de el, en Nueva Zelanda junto a Audrey y las chicas. Ambas gobernando nuestras singularidades con decencia. Así que decidimos abandonar el país y vivir una vida normal como cualquier pareja. Listos para las festividades.

Eso era en todo lo que podía pensar, mientras buscaba un abrigo en el gran armario que compartíamos aunque mis cosas ocupaban casi el 80% de espacio dejándole a Bucky el resto. Quien diría que llegaría este momento a mi vida. Al bajar, noté como buck acarreaba troncos para encender la gran chimenea, que adornaba la gran sala principal por las noches. Acababa de regresar de su trabajo en la constructora, que había conseguido apenas pisamos el país. En cambio, yo trabajaba en una pequeña panadería que le pertenecía a una agradable señora de edad avanzaba, junto con su nieta.

-Diría que haría chocolate caliente, pero la despensa esta vacía.-me recargué contra la pared a su lado.

-No hay problema; vayamos a comer por ahí.-sonrió sacudiéndose las manos de cualquier astilla.

-Porque no vamos a esquiar un rato primero? El día esta perfecto.

-Claro. Morderás el polvo como la última-sonrió burlón tomando su delgado abrigo.

-Oh Vamos! Siempre haces trampa.-me quejé colocándome el gorro mas grueso que poseía.-Y estas seguro de que solo llevaras eso?

-Si uso algo mas moriré de calor.-reí; él tenía razón... era como un gran calentador andante. Amaba pegar mis manos frías contra él por las noches.

-Vale, vamos.-dije mientas salíamos de casa y comenzábamos a caminar colgándome del brazo de buck que sonrió ante mi proximidad.

Amamos la vida que llevábamos. Sencilla... solo nosotros dos. Sin nadie que nos reconociera a nuestro alrededor. Todos aquí creían que éramos un joven matrimonio. No los juzgaba; juntos nos veíamos perfectos. Podríamos protagonizar cualquier película de romance navideño y sería un éxito.

No tardamos en llegar a la pista, que se encontraba un poco concurrida por ser fin de semana.

-Estas lista.-cuestionó bucky colocándose los goggles.

-Siempre.-dije segura de mi en el filo de la colina.

-Perfecto.-respondió empujándome por detrás haciéndome desviar considerablemente mi camino; cosa que aprovechó para tomar ventaja.

-Tramposo!!.-grité como pude a su lejana espalda. Veamos si sigue riéndose cuando le toque dormir en la sala.

Proseguí mi camino como toda una profesional, hasta que una niña con poca practica casi colisiona contra mi al final de la pista. La esquivé como pude, pero perdí el equilibrio por completo. Bucky que estaba esperando ya abajo, se dio cuenta he intento intervenir para que mi cara no se hundiera por completo en la nieve. Pero incluso así con la velocidad que llevaba, nos tumbo con brusquedad al piso. Bucky recibiendo el golpe por completo, logrando posicionarme arriba de él sana y salva.

-Todo esto es tu culpa. Te odio!.-murmuré con dulzura.

-Y yo te amo hermosa.-respondió dándome un fugaz beso.

-Aunque sea una chica que mueva cosas con un alocado cabello?.-cuestioné levantándome y sacudiéndome la poca nieve que ostentaba.

-No hay nada que pueda hacerme desistir de mi amor por ti.-Me aseguró tomándome de la cintura acercándome a él. Sacudió los copos de nieve de mi cabello y reacomodó mi gorro.-No importa que tus ojos brillen de color purpura cuando usas demasiado tus poderes, ni que muevas cosas con la mente. Incluso si te convirtieras en un enorme lobo como los de tus películas cursis, te seguiría amando con locura.

LEALTAD (La Hija De Tony Stark)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora