LEALTAD (La Hija De Tony Stark)

CAPITULO 24

Las semanas pasaron. Todo volvió a la normalidad. Volvimos a casa, seguí estudiando para mi próxima graduación. Y trabajé con papá durante eternidades como en los viejos tiempos. También tomamos la decisión de irnos de vacaciones por un par de semanas, antes de que volviera a Shield. Ahora mismo, nos encontrábamos por llegar al nuevo complejo de los vengadores, donde nos encontramos con Thor y Steve.

-Las reglas cambiaron.-habló Steve.

-Lidiamos con algo nuevo.-respondió papá.

-La visión es una inteligencia artificial.-continuó Steve.

-Una maquina.

-Así que no cuenta.

-No! No es una persona, levantando el martillo.

-Claro! Es diferente para nosotros.

-Es buen tipo, artificial.-yo solo rodaba los ojos ante su absurda pelea sobre el martillo de Thor. Les dolía el orgullo al no ser dignos de el.

-El empuñó el martillo y conservará la gema.-intervino Thor. Cansado al igual que yo.-Está a salvo con la visión. Y eso no se obtiene con gran facilidad.

-Pero si pones el martillo en un ascensor...-continuó Steve ignorando por completo a Thor.

-En serio?.-pregunté irritada.

-Irá hacia arriba.-le siguió la corriente papá ignorándome ahora a mi.

-La verdad no es digno.-concluyó Steve.

-Extrañaré sus graciosas charlas.-respondió el tío Thor.

-No si no te vas.- papá intentó convencerlo de quedarse.

-Si! No te vayas tío Thor. Acabas de llegar y ya te vas de nuevo. Prometiste llevarme a Shield volando con ese martillo, para que todos mis amigos fliparan.-renegué. El me sonrió despeinando mi cabello.

-No tengo elección. La gema de la mente, es la cuarta gema del infinito en aparecer en los últimos años. Y no es coincidencia. Alguien juega un partida elaborada y nos tiene como peones. Cuando las piezas estén en posición...

-Triple jaque mate?-cuestionó papá.

-Y podrás averiguar lo que viene?.

-Si puedo! Fuera de estos dos.-nos señalo a papá a mi.- Todo tiene una buena explicación.-se colocó en medio del jardín y nos sonrió.-Cando vuelva, te tarare algo lindo de Asgard y si el tiempo juega a nuestro favor; te llevaré a dar ese paseo que te prometí.

-Solo ten cuidado en tu búsqueda.-pedí sonriente. Mientras el invocaba el Bifrost, despareciendo así de la tierra.

-Ese hombre no tiene ningún respeto por los jardines.-se quejó papá al ver la gran marca Asgardiana en el césped.-Pero lo voy a extrañar. Y tu también a mi... Habrá muchas lagrimas de machos.

-Tony te voy a extrañar.-se sinceró Steve.

-¿Si? Bueno, me tomaré un respiro. Llevaré a las chicas de vacaciones... Mía adora Europa. Seguramente le comprare una casa en Francia. Y esperar que no la destruyan.

-Una vida simple.-completó Steve.-No creo que sea el estilo de ustedes tres.

-No es para siempre. Solo nos relajaremos un tiempo.-respondí abriendo la puerta del auto.-Creo que los tres sabemos... que no podemos vivir de esa manera. El riesgo, la adrenalina. Estar siempre ocupados, es parte de nuestra personalidad. Mamá lo entiende, Papá lo entiende, yo lo entiendo. Es cómo un trato.

-Cierto! Mía suele decirnos; "esta bien... hagan sus cosas de super-héroes pero vuelvan con vida". Es un trato que hemos cumplido hasta ahora. Así que tomaremos un descanso de tantos altibajos.

-Aun me suena a una vida normal.-contra dijo Steve.

-Algún día la tendrás.-le aseguró papá.

-No se. Familia, estabilidad... quien quería eso se sumergió en el hielo hace 75 años. Y algo mas emergió.

-Estas bien?.-preguntó papá un poco preocupado por el.

-Es mi hogar.-aseguró Steve, refiriéndose al campo de entrenamiento para los nuevos Vengadores.

Nosotros asentimos, marchándonos del lugar por un buen tiempo. Sonreí acomodándome en el asiento.

-Así que... preparo mi maleta?

-Cuando hemos preparado maletas para ir de vacaciones.-preguntó sonriente.- Yo iré por tu madre; tu toma al perro y en Francia habrá todo lo que necesitemos.

-Será divertido.-hablé emocionada.

-Conmigo siempre lo es.-respondió creído.

-Podríamos rentar la torre Eiffel solo para nosotros. Cenar ahí siempre a sido mi sueño.

-Cada tres meses tienes un sueño diferente calabacita.-resopló divertido.-Pero que te puedo decir... tienes un padre genial!! Te cumplo todos los caprichos que quieras. Si no, para que quiero tanto dinero.

-Y por eso te quiero un montón!.-exclamé sincera.

La conversación siguió en el camino a casa. Llena de risas, en un ambiente lleno de tranquilidad. Listos para un nuevo viaje, nuevas aventuras y nuevos recuerdos. Necesitábamos descansar; para luchar de nuevo.

  FIN PARTE III.