CAPITULO 44

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-No, no y no!.-exclamó exasperado Audrey después de mas de dos semanas de entrenamiento con la chica. Todo a su alrededor echo cenizas.-No te enfoques solo en lo masivo que es. Utiliza la telequinesis y potencialízalo con el otro. No al revés!.

-Eso intento!.-respondí igual de irritada.

-Pues no lo estas haciendo bien!. Relajarte y enfócate!. Si puedes hacerlo con una lata, puedes hacerlo con un auto.

-Espero que tu seguro cubra accidentes con evolucionados genéticamente. Porque con la miseria que me das de salario, no podría pagarte ni en cien años una sola llanta de este coche.

-Destrúyelo, no importa. Pero mueve ese carro de su lugar, antes de que me haga mas viejo.

-Eso es posible? Cuantos años cumples? 200?

-312.

-Que?!!!.-grité levantando el carro poco a poco. Temerosa de volverlo polvo si me descuido.-Como es posible?

-Para algunos, nuestro genes nos otorga mas longevidad que a los humanos comunes. Desde 100, hasta 500 años, o tal vez mas. Todo es diferente según el portador. En mi caso, es obvio que estoy en el ocaso de mi vida. Y por lo que puedo ver, es probable que tu también seas afortunada.

-No creo que sea tan suertuda.-hablé entre dientes por el esfuerzo. Casi colocaba el auto delante de él.

-No lo digo por tu gen. Lo digo por la piedra que utilizaron en ti. Dijiste que te sanaba...que te cuidaba. Es probable que te proteja del tiempo por igual.

-No me digas que la Ditza se vera como una pasa y yo aun irradiare mis veinte?

-Dado el comportamiento que relataste. Puedo asegurártelo. Pero no sera justo ahora. Te establecerás en unos 5 o 8 años mas o menos.

-Genial.-sonreí ampliamente. Dos buenas noticias. Seré mucho mas joven que la Dalina en cien años. Y la segunda; logré mover el auto al otro extremo sin pulverizarlo.-Mi vida mejora casa vez mas. Ya era hora. Han sido diez largos años de tragedias.

-La inmortalidad solo se goza si alguien te acompaña.

-No necesariamente con la misma persona. Ya sabes lo que dicen. Nuevo siglo, nuevos amigos.

-Incluso así, siempre extrañaras a los primeros. Te dejaran un vacío que no podrás llenar con nadie. Simplemente es tu corazón que se vuelve mas grande. Otorgando un lugar para todos.

-Quien eres, Parménides?

-Con el tiempo lo entenderás.-Dijo abriendo la puerta del auto.-Sube. Hay un campo de entrenamiento que preparé para ti.

-Que no, es este el campo de entrenamiento?.-pregunté señalando toda la destrucción alrededor.

-Lo haz echo bien! No dejaste que tomara el control y creara un caos en miles de kilómetros. Ahora debe aprender a usarlo en espacios reducidos y con gente a tan solo diez metros de ti.

-No creo que sea muy buena. El solo pensarlo me pone nerviosa.

-Eso dijiste antes de venir aquí. Es necesario que des el segundo paso. Que no te asuste.-dijo al verme indecisa.-El miedo, no es mas que una creación de tu mente.

-Okey.-hablé encendiendo el auto. Confiaba en él. Si decía que era el momento de avanzar, que así fuera.-Vamos allá.

-Vamos allá

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LEALTAD (La Hija De Tony Stark)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora