Ellbereth Stark; la heredera de un gran imperio, pero también de una fuerte voluntad como la de su padre. Juntos eran el dúo perfecto, hasta que una amistad la hizo cambiar de perspectiva de su vida tan prometedora. Tuvo que sacrificar los diamante...
El ruido del monitor fue lo primero que escuché, mis ojos batallaban para abrirse, pero aun así sentía como alguien sostenía mi mano derecha.
Era mi madre, que se encontraba dormida contra mi mano conectada a aparatos médicos. Estaba en el hospital, claro esta. Papá se encontraba en uno de los sillones dormido. La televisión se encontraba en muting, pero aun así revelaba la hora. 11:59pm. No quería despertarlos, así que solo seguí durmiendo... tarea fácil, por lo medicada que estaba.
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-En serio estoy bien.-discutía con mi madre que no dejaba de pasar su mano por mi frente y revisando mis signos vitales en la pantalla.
-Lo voy a matar.-amenazó papá.- Llevarte a una misión sin avisarme. Dios! Quiero romperle la cara. Debería aprovechar ahora que esta inconsciente.
-Fue mi decisión no decírtelo.-pronuncié calmadamente.
-Esa era decisión mía. decidir por el, para que el decidiera por ti!.-Contra-ataco señalándome con el dedo índice.
-No sabíamos que se complicaría tanto! Todo paso tan rápido. Un día estábamos cenando en Duccini's Pizza emocionados de volver a casa, para comer postre viendo al señor de los anillos, y un segundo después, Fury allanando el departamento trayendo con el la maldita memoria que causaría que un misil nos cayera encima; que por suerte no nos mato, lo que ocasionó que un super soldado tratara de asesinarnos en la avenida principal de Washington, y aun así volvimos a sobrevivir, para ser capturados por Hydra nuevamente; solo que María Hill nos rescató y nos dieron la misión de detener los helicarrier del demonio, y como no teníamos tiempo Steve y yo decidimos que los explotaran con nosotros ahí, para salvar a la gente inocente. Así que caímos al rió por las explosiones, casi ahogándonos, pero NO! Seguimos aquí sobreviviendo. En resumen, todo sucedió en 3 días.- exhalé al finalizar mi explicación. Papá solo me miro procesándolo todo. Al final suspiro tomando asiento a mi izquierda.
-Solo no vuelvas a hacerlo.- alcé una ceja.- Corrección entonces. Avísame al menos.
-Tu no nos avisas.- reproché frunciendo mi boca.- de quien crees que lo aprendí.
-No puedo negarlo.-acepto Papá.- solo que yo cuento con la carta ganadora. Soy tu padre y me obedeces.- sonrió triunfante.- Si no lo haces, cancelare todas tus tarjetas y no iras a misiones sin mi supervisión, pues perdería mi confianza en ti.- yo solo podía escucharlo con mi boca abierta. Era su primera amenaza contra mi desde que tengo memoria.
-Eh?...
-Te entraran parásitos.-dijo cerrándome la boca.- Me saldrá mas cara la cuenta del hospital.
-Tony!.-lo regaño mi madre.-No es el momento del regaño, tiene que recuperase, mírala!.-habló mamá, mientras yo le seguí el juego fingiendo cara de malestar sujetándome el estomago.
-Yo solo le aviso.-dijo papá levantando las manos.
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