Capítulo 8: Una noche de pesadilla parte 3

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*Jessica

Seguí corriendo, corrí hasta quedarme sin aliento y seguí corriendo, llegué a Los Rosales totalmente agotada y sin aire, entré con las llaves que abrían la puerta de uso peatonal, la otra puerta era para el uso de los vehículos. Fui corriendo hasta mi casa, entré dando un fuerte portazo, me permití un momento para recuperar el aliento, pero ese momento se fue más rápido de lo que llegó:

- Hola, Demonio – La voz de John parecía resonar en toda la casa y el desprecio que emanaba era casi palpable.

- ¿Qué quieres? – Pregunté nada más verlo, pero había algo diferente, algo no estaba bien – Me voy a mi cuarto – Dije finalmente, tenía que salir de ahí, algo está muy mal aquí

- No irás a ningún lado maldito Demonio – Esa era Ana.

Me giré para verla y no vi nada raro al principio, todo estaba oscuro excepto por una pequeña luz que venía de la calle y la luz de la cocina, no fue sino hasta que mis ojos se acostumbraron a la poca iluminación que pude ver que tenía un cuchillo en cada mano, me giré hacía John y vi que también tenía uno, ahora estaba más asustada que nunca:

- ¡ESTO ES POR JORDAN! – Se lanzó hacia mí en un fuerte alarido lleno de ira.

Por segunda vez en la noche, el instinto tomó el control, no me detuve a pensar en cosas obvias como ¿Dónde estaba Jordan? ¿Por qué me atacaban? ¿Qué le paso pasó a Jordan? ¿Él está bien? Estas y muchas más preguntas fueron ignoradas por mi mente en ese momento, ahora era mi cuerpo el que tomaba las decisiones.

Apenas pude esquivar a John, tengo que admitir que para alguien de su tamaño se mueve rápido, pero después volvió a cargar contra mí y logró rozarme, haciendo un corte en mi camisa, suerte que me puse toda está ropa encima. Le lancé una patada al estómago, mala idea, su gran pansa había amortiguado el golpe y solo lo enfureció más, volvió a cargar contra mí y esta vez sí me atrapó tirándome al suelo, no podía escapar, él no me dejaría escapar. Por un momento me rendí, pero logré ver por el rabillo del ojo la navaja, aún tenía la sangre de esa chica, debió haberse caído de mi bolsillo por el golpe, no lo pensé, no lo dudé ni por un segundo, tenía que tomar una decisión, era él o yo. Agarré la navaja y giré mi brazo empuñando la navaja con todas mis fuerzas, después sentí algo caliente caer sobre mi rostro, abrí los ojos y vi a John sangrar por el corte en su cuello. Cayó a un lado para luego convulsionar por unos segundos antes de finalmente morir, acabo de matar a mi hermano, la idea no era matarlo solo cortarlo en el rostro y cuando estuviera distraído por el dolor salir de ahí, pero la navaja terminó por cortarle el cuello.

Ni siquiera tuve tiempo para recuperarme cuando escuché el otro alarido, era Ana. Me levanté rápido del suelo, justo a tiempo para esquivar un corte, pero ella usó el otro cuchillo y lo clavo en mi brazo izquierdo, solté un fuerte grito por el dolor, era un dolor punzante y quemante imposible de describir, pero aproveché el momento y la cercanía que había entre nosotras y con mi brazo derecho, el cual tenía la navaja, la apuñalé en el estómago. Mi madre soltó un fuerte grito y aflojo su agarre, la empujé y salí corriendo hacia la puerta, cuando estaba a punto de abrirla un cuchillo se clavó en el marco de la puerta, cuchillo lanzado por Ana y que paso a escasos milímetros de mi oído, finalmente logré abrir la puerta y salí de la casa.

Corrí todo lo rápido que me permitían las piernas, pero al final me fallaron las fuerzas, paré a descansar en un callejón y me puse a analizar mi situación actual. Acabo de apuñalar a mi madre y matar a uno de mis hermanos, no sabía en donde estaba Jordan, ataque a una chica con una navaja y la tiré al agua de una fuente en un parque en medio de la noche y, para colmo de males, mi madre me acaba de apuñalar en el brazo, una noche de lo más normal ¿No?

Solo se me ocurrió un lugar a donde ir, corrí hasta ese lugar, el dolor en mi brazo se hacía cada vez más insoportable con cada paso que daba, suerte que su casa no estaba lejos, llegué a la casa y toqué muy fuerte la puerta, seguramente estaría profundamente dormida a estas horas y lamento despertarla, pero no tengo muchas más opciones, finalmente oí pasos acercándose a la puerta y escuche el picaporte girar, finalmente se abrió y la pude ver:

- Señorita Lucia ayúdeme por favor.

*****

Y aquí los dejo con el suspenso, que muchos no soportan la tensión, pero esperen que esto solo se pondrá mejor 😏. Nos vemos la próxima semana les mando un abrazo muy fuerte 😊 me despido de ustedes queridos lectores y queridas lectoras 😉.

Libro 1 | Saga Elementos | Fuego: La Hija del FénixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora