Capítulo 22: Viaje en carretera

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*Jessica

Llevábamos unas dos horas de viaje y ya empezaba a anochecer, hasta ese momento todo estaba tranquilo, los únicos sonidos que se escuchaban venían del motor del autobús y del viento que entraba por las ventanas, todo estaba tan tranquilo que provocó que todo el estrés que había acumulado hasta ese momento me pasará factura y comencé a quedarme dormida, no pude resistirme y acabe cerrando mis ojos y al cabo de unos segundos me quedé dormida. Sin embargo, ni siquiera dormida puedo descansar. Volví a aparecer en ese volcán y frente a mí estaba el Fénix observándome expectante:

- Es la tercera vez nos vemos esta semana – Dijo finalmente con un tono relajado.

- La tercera, pero no la vencida – Respondí con sarcasmo – ¿Puedo preguntarte algo?

- Escúpelo.

- ¿Por qué yo? – Esa pregunta me estaba comiendo por dentro desde que Amelia me contó la historia de las bestias y los Elementales – De todas las personas en el mundo ¿Qué me hizo tan especial? ¿Por qué soy yo la Elemental de Fuego? – Decirlo en voz alta por mí misma se siente muy raro.

- Todos los que vinieron antes que tú tenían la misma pregunta – Eso no me sorprende para nada – Por desgracia ni siquiera yo tengo la respuesta para esa pregunta, nosotras las 5 bestias elementales descendemos del sexto elemento, el elemento Energía – Eso no me lo esperaba – A diferencia de nosotros, este no tiene una forma física, sino que se encuentra en todos y todo lo que ves, no es una entidad natural como nosotros, sino que es una fuerza de la naturaleza consiente y pensante.

- ¿Esta fuerza natural me eligió? – Pregunté casi sin aliento.

- Sí – Confirmó el ave con firmeza y seriedad – Y antes de que me pidas hablar con él, dejarme decirte que para los humanos es imposible comunicarse con él, incluso nosotros, solo podemos comunicarnos con él cuando nuestro Elemental muere y tenemos que buscar al siguiente, cosa que hacemos con ayuda de la Energía – Bueno la posibilidad de conseguir respuestas se acaba de ir por el caño – Aunque tal vez te eligió porque espera que logres algo que tus predecesores no pudieron.

- ¿Lograr qué? – Pregunté desesperada y confundida.

- Todo a su tiempo, Jessica – Me dijo en tono de paciencia – Como ya te dije yo no tengo la respuesta para esa pregunta, pero si te puedo decir que la vida humana está llena de sorpresas y solo viviendo podrás conocerlas.

Y tras esas palabras volví al autobús, tenía la cabeza apoyada en el hombro de Amelia quien estaba dormida, casi salto de mi asiento, sentía como si mis mejillas estuvieran ardiendo, era de noche y había luna llena. Genial, ahora que acabo de despertarme no creo poder volver a dormir en un muy buen rato, en momentos así suelo ponerme los cascos hasta dormirme, hasta que amanezca o hasta que la batería de mi teléfono se agote, lo que sea que pase primero:

- Ten – Me sorprendió la voz de Amelia, mire su mano y tenía mi celular y mis cascos – Los tomé cuando fuimos a tu casa por el pasaporte, supuse que los extrañarías durante el viaje.

- Gracias – Iba a ponérmelos, pero en vez de eso – ¿Sabías que existe un sexto elemento? – Tenía curiosidad por ver si sabía la respuesta.

- Sí – Me dijo muy tranquila – El Grifo también me lo explicó cuando obtuve mi Marca de Enlace – Por un momento bajo la luz de la luna llena pude ver como sus mejillas se ruborizaron ¿Acaso paso algo cuando le dieron su marca?

- Perdón si te desperté – Me disculpé con algo de vergüenza, de nuevo volví a sentir como mis mejillas se ruborizaban.

- No te preocupes roja, ni siquiera estaba dormida – De nuevo siento que mis mejillas están ardiendo, pero más allá de eso me sentía algo preocupada.

- Eso no es sano – Dije al cabo de un momento – Necesitas dormir, no es sano que estés despierta tantas horas seguidas – Demonios ahora parece que habló como una mamá de caricaturas.

- Como digas mamá, en un momento me voy a la cama – Dijo con sarcasmo y burla.

- Lo digo en serio – Le dije con la mirada más seria que podía poner, ella volteó a verme y su actitud cambio.

- Bien – Dijo a regañadientes para después empezar a acomodarse en el asiento.

Me puse los cascos, ajusté el volumen y escogí una canción al azar, justo cuando terminé de acomodarme en el asiento, que por cierto no era para nada cómodo, la cabeza de Amelia cayó sobre mi hombro, quise decir algo, pero me di cuenta de que Amelia estaba dormida y solo me resigné a apoyar mi cabeza sobre su cabello y prepararme para el resto del viaje, pero no esperaba dormirme tan rápido.

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Y aquí les dejo otro capítulo de esta saga, la verdad no tengo mucho que decir hoy. Nos vemos la próxima semana un abrazo fuerte bye 😊😉.

Libro 1 | Saga Elementos | Fuego: La Hija del FénixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora