Capítulo 29: Noticias explosivas

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Espero que hayan disfrutado los capítulos anteriores (admítanlo les encantaron 😏😏😏) Bueno la historia continúa con este capítulo, justo dónde nos dejaron las chicas Elementales. Disfrútenlo (sé que lo harán😏🔥😏🔥😏)

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*Jessica

- Haré lo que pueda para apresurar la salida – Esa es la voz de Amelia, pero ¿Con quién está hablando? – Si tengo algo de suerte hoy – De nuevo hay otra pausa en donde no escucho nada, voy abriendo mis ojos y puedo verla en el balcón con la bata de baño puesta, estaba hablando por teléfono, pero ¿Con quién? Sea como sea, parece serio – Haré todo lo que pueda, pero nada es seguro Eve – Un momento ¿Quién es Eve? – Mucha suerte amiga, recuerda que debes presentarme a ese chico – Por un momento los celos se apoderan de mí al escuchar eso – Sobrevive y te la presentaré – Eso me tranquilizó un poco, vi que se acercaba y volví a cerrar los ojos, haciéndome la dormida – Tu igual, cuídate mucho Eve – Y colgó el teléfono, iba a saltar para asustarla, pero ella se me adelantó – Buenos días, roja – Y abrí los ojos, feliz de verla, pero al mismo tiempo confundida.

- ¿Cómo sabías que estaba despierta? – Le pregunté con curiosidad.

- Tu respiración te delata – Me dijo mientras se sentaba al borde de la cama, aunque no entendí nada, pero tampoco quería preguntar, y no hizo falta porque Amelia respondió la pregunta no dicha – Soy la Elemental de Aire, puedo saber si estás despierta solo con ver el ritmo de tu respiración, el cual cambia cuando dormimos.

- ¿Quién era? – Le pregunté con curiosidad y algo celosa, me senté en la cama sin ningún cuidado, ni siquiera sabía que estaba desnuda.

- Eve – Dijo con un tono de preocupación – Es una vieja amiga del templo, también la enviaron a buscar a uno de los Elementales, pero está teniendo muchos problemas con los Oscuros.

- ¿A dónde la enviaron? – Le pregunté con curiosidad e interés genuinos.

- Toronto – Eso sí me sorprendió, nunca me imaginé que los Elementales estuvieran dispersos por todo el mundo, pero hasta hace unas cuantas semanas tampoco sabía que existían, así que para el caso es igual – Por cierto, la luz de la mañana en serio hace que te veas muy sexy, roja – Me giré a verla completamente confundida y roja hasta las orejas – Ahora puedo ver mejor el cuerpo de la chica que no me soltaba anoche – Miré hacia abajo solo para darme cuenta de que estaba totalmente desnuda, me tapé con las sabanas como una niña pequeña y me volví a acostar, pensando inocentemente que las sabanas me protegerían del mundo, pero Amelia me quitó las sabanas suavemente del rostro y se quedó observándome – ¿Creías que lo de anoche fue solo un sueño?

- Sí – Le dije con la cara ardiendo ¿De verdad hicimos eso anoche?

- Dime algo ¿Esto se siente como un sueño? – Y me besó en los labios sin pensarlo, yo no me resistí y la dejé continuar. Una vez terminó, me miró esperando una respuesta.

- No – Y volví a sentarme en la cama, esta vez tapando mi cuerpo con las sabanas – ¿De verdad pasó?

- Sí – Me dijo y pude notar que su cara también estaba sonrojada – De verdad lo disfruté, Jessica.

- Yo también, Amelia – El ardor en mis mejillas disminuyó, lo suficiente como para acercarme y besarla. Fue corto, pero de verdad lo necesitaba – Te amo – Le dije sin rodeos, ya no se podía esconder más, amo a Amelia.

Libro 1 | Saga Elementos | Fuego: La Hija del FénixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora