Capítulo 31: Retraso inesperado

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*Jessica

Después de lo que solo puedo describir como: La conversación más dulce y vergonzosa entre hermano y hermana de toda la historia. Regresé a mi cuarto para ver cómo estaba Amelia. Al entrar a la habitación pude ver la bandeja acomodada sobre la mesita de noche de Amelia, ella seguramente ya había despertado y ya había desayunado. Eso me alegra mucho, pero la chica no estaba por ningún lado. Fue entonces cuando asomó su cabeza por la puerta del baño y pude notar que solo usaba su bata, ella me lanzó una mirada retadora y cargada de deseo, solo para después volver a entrar en el baño, entendí el mensaje de inmediato. Salí corriendo mientras que tiraba mi camisa al piso y al entrar al baño la acorralé contra la pared y empecé a besarla sin control, mientras ella me quitaba el sostén y el pantalón y me dejaba desnuda, tuvimos sexo en la ducha y fue increíble, la mejor sensación de mi vida. Nos acostamos en la cama, totalmente empapadas, pero aún con ganas de más y lo hicimos otra vez, una vez terminamos nos acostamos abrazadas mientras hablábamos un rato:

- Eres increíble Jessica – Me dijo con la respiración aún agitada.

- Eso debería decirlo yo Amelia – Le dije con sarcasmo mientras me pegaba más a ella.

- No deberíamos hacer esto antes de esta noche – Me dijo entre preocupada y avergonzada – Hay que ahorrar energías, ya sabes, por si acaso nos atacan – Si claro, Amelia.

- Si fuera así me hubieras detenido cuando entré al baño – Contraataqué con un tono burlón que la hizo sonrojarse aún más – O cuando estábamos en la cama hace un momento – Estaba roja hasta las orejas, ahora sé por qué le gusta tanto hacerme sonrojar, es muy divertido y la cara de la víctima no tiene precio, además de tener una expresión adorable.

- Cállate roja – Y me besó en la frente, a lo que yo respondí acomodándome mejor a su lado – ¿De dónde sacaste esos aretes? – Preguntó algo celosa, lo que me causó mucha gracia.

- Amy te convenció de comprarlos cuando fuimos al centro comercial ¿Recuerdas? Me dijo que me quedaban mejor que a ella y me los dio por mi cumpleaños ¿Te gustan? – Pregunté mientras se los enseñaba mejor.

- Si, se te ven muy bien – Dijo con sinceridad, pero aún se podían notar los celos en su voz – Resaltan tus ojos.

- ¿Acaso estás celosa brisita? – Le pregunté con burla a lo que ella solo voltea a otro lado sonrojada.

- No – Replicó cuál niña pequeña, estaba roja hasta las orejas.

Me puse encima de ella y volví a besarla, solo para después empezar a acariciarla por todo el cuerpo excitándola cada vez más, volvimos a tener sexo y tras un rato abrazadas nos quedamos profundamente dormidas.


*Jordan

Regresamos a la habitación tras un rato de estar conversando. Mientras pasábamos por el pasillo a nuestro cuarto escuchamos como Amelia y Jessica se "divertían" un poco antes de partir al aeropuerto esta noche, ay el amor. Entramos al cuarto y nos pusimos a empacar, aunque a mí me costaba un poco más que a Amy, no porque tuviera más ropa que ella, sino porque tenía que acomodar todo en una mochila que, si bien tenía muchos bolsillos, no eran muy grandes que digamos. Tuve que hacer varios cortes para abrir espacio, a lo que Amy me ayudó. Una vez empacamos todo decidimos bajar una última vez al subsótano del hotel para una última sesión de entrenamiento, esta vez no sería un combate mano a mano, sino que sería con armas, a Amy le sorprendió que haya comprado todas esas armas, machetes, cuchillos, navajas, entre más, y me dijo que lo mejor era entrenar un poco, aunque yo no entendía por qué:

- No creo que sea necesario Amy – Le dije con algo de fastidio – Amelia me enseñó a utilizar estas cosas en la última semana que entrenamos – Le expliqué con paciencia, pero algo confundido, normalmente no es tan insistente con algún tema, eso siempre fue así incluso antes de enterarme de que ella tenía poderes e historia con los Iluminados, algo más pasa aquí, a menos que... – Ah, ya entiendo – Dije mientras la acorralaba contra una columna y no la dejaba ir, ella se había sonrojado un poco – Quieres entrenar para aprender tú – Ella solo asintió con la cabeza con una mirada de derrota, algo que la caracteriza es que es muy orgullosa y no le gusta admitir que no sabe algo, y eso me encanta – ¿Por qué no lo dijiste antes?

Libro 1 | Saga Elementos | Fuego: La Hija del FénixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora