*Jessica
- Hola, Jessica - Reconozco esa voz, no puede ser, ella no - Ha pasado un buen tiempo desde que nos vimos por última vez - Era Lucia y no estaba sola, a su lado estaba la mujer musculosa con la que peleé en Kansas City, ambas estaban detrás de una de las cajas del aeropuerto.
- No - Dije sin aire, esto no podía estar pasando.
- Creo que ya conoces a mi novia Martha - Y después la besó frente a nosotros - Ella me dijo lo que pasó en Kansas el día que se fueron, me contó como la quemaste y como la mandaste a volar usando tus llamas - Su tono reflejaba ira.
- Esa era la idea - Le dije totalmente furiosa.
- Bueno eso hace que mi idea se vaya por el caño - Dijo cambiando su tono a uno despreocupado - Tenía pensado pedirte que te unieras a nosotros, pero con solo sentir ese calor tan sofocante viniendo de ti creo que mejor pasaré al Plan B - No tenía miedo en lo absoluto.
- ¡SOBRE MI CADÁVER! - Intervino Jordan empuñando un machete como si fuese una espada, estaba totalmente furioso.
- ¿Crees que tienes derecho de decir eso? - Le preguntó Lucia sin emoción alguna - Después de no haberla ayudado en quince años, después de que la dejaras soportar todos los abusos y maltratos de tu madre fanática religiosa ¿Crees que tienes algún derecho de defenderla? - Una lágrima cayó por el rostro de mi hermano quien estaba totalmente furioso.
- ¡Tú no eres nadie para hablar! - Le escupió las palabras casi gritando - Tú la engañaste, la secuestraste y torturaste, mi hermana confió en ti por más de tres años y para ti no significó nada - Le seguía escupiendo la realidad en la cara a mi antigua maestra de matemáticas - ¡NO ME VENGAS A DECIR QUE NO TENGO DERECHO DE PROTEGER A MI HERMANA!
- No importa lo que tú pienses niño - Dijo totalmente calmada y sin emociones - El resultado será el mismo, todos morirán esta noche.
- Te advierto que no te la pondremos fácil - Intervino Amelia poniéndose a mi lado y tomándome de la mano, esto no pasó desapercibido para Lucia.
- Veo que finalmente conseguiste pareja Jessica - Dijo con maldad y una sonrisa sádica - ¿Acaso ustedes dos ya tuvieron sexo, chicas? - Eso me enfureció - Dime, Jessica ¿Qué se sintió hacerlo con otra chica? - Estaba a punto de explotar - Ya sé que voy a hacer, primero mataré a la perra del mechón rojo, luego iré por tu hermano hipócrita y por último mataré a tu novia ¿Qué te parece Jessica? - Y exploté, mis brazos fueron cubiertos por llamas naranjas cuyo calor hizo que Amelia se alejara unos pasos para no quemarse, estaba furiosa y ahora tenía que descargar mi ira con algo.
- Si te atreves a ponerles un dedo encima ¡TE MATARÉ! - La lancé una mirada demoníaca y por primera vez pude ver a Lucia realmente asustada.
Todos nos pusimos en guardia, Amy aprovechó el fuego que había en mis brazos para crear una bola de fuego que luego usó para envolver la hoja de un machete en llamas, ahora Amy tenía una especie de espada en llamas, Jordan sacó un cuchillo y se preparó para usarlo junto con el machete, Amelia creo un pequeño vórtice a su alrededor lista para pelear, pero Lucia y sus secuaces no sé quedaron atrás. Lucia puso su mano sobre una pantalla de computadora y su cuerpo comenzó a brillar al instante, estaba cubierta de electricidad, Martha hizo lo mismo que hizo en Kansas, cubrió su cuerpo de rocas, formando una garra, una nudillera, una bota, y cubriendo toda su pierna de mármol y cemento de las columnas que había a nuestro alrededor, los demás Oscuros tenían casi todos los elementos, menos el agua. Justo cuando estábamos a punto de pelear Lucia soltó la gota que rebalsó el vaso:
- Por cierto, chica de aire - Le dijo a Amelia - ¿Reconoces a este sujeto? - Y nos mostró la cabeza decapitada de un hombre, Amelia se llevó las manos a la boca y unas lágrimas alcanzaron a salir de sus ojos - Lo atrapamos mientras salía del aeropuerto, creo que dijo que su nombre era Alex.
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Libro 1 | Saga Elementos | Fuego: La Hija del Fénix
FantasyJessica, cuya vida es una miseria, tendrá que dejarlo todo atrás para detener la guerra con los Oscuros. Ella es la Elemental de Fuego. Y deberá enfrentarse a quien llegó a considerar como su madre para reunirse con los Elementales restantes.