Capítulo 3: El turno de Jakotsu

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Nota: Este capítulo está dedicado a Paris Hilton, cuya madurez y responsabilidad serán un ejemplo para las generaciones futuras ...

A la mañana siguiente, se había vuelto muy evidente que se avecinaba una lucha de poder. Kagome había soñado con eso una vez que se había vuelto a dormir la noche anterior. Bankotsu estaba en peligro. Y Naraku estaba tirando de los hilos. Mientras las cosas estuvieran con Bankotsu a cargo, Kagome sabía que estaría ilesa. Pero sabía que si Renkotsu se salía con la suya... ella estaba perdida. Ahora, tenía que descubrir cómo sobrevivir en caso de que sucediera algo así.

-Bueno, pareces perdida en tus pensamientos. No estás pensando en escapar, ¿verdad?- Bankotsu le preguntó antes de salir con Ginkotsu y Jakotsu para recolectar hierbas para el suministro de Suikotsu.

Kagome respondió: -Estoy pensando que será bueno recoger hierbas hoy. Creo que deberías vigilar muy de cerca... a todos. Los fragmentos no se vuelven negros sin ninguna razón.- Esperaba que su advertencia fuera suficiente. Esperaba que Bankotsu recibiera el mensaje. Pero por la mirada en sus ojos, ella no podía decirlo.

Ginkotsu rodó detrás de Kagome y Jakotsu por un sendero del bosque. Realmente no pudo hacer mucho para ayudar, solo para hacer guardia en su mayoría. Pero de alguna manera, Kagome no creía que ese fuera el punto. Era obvio que Bankotsu tenía algún tipo de agenda, pero ¿qué podría ser?. Miró el fragmento de Jakotsu alojado en su cuello. Brillaba con un fino color rosa. A pesar de eso, su bonita cara estaba atrapada en el ceño fruncido. -Claro, él me hace cuidarte. Y luego, esta noche, puedo verte y asegurarme de que no escapes. Es mejor que Bankotsu tenga cuidado; me aburro. Jakotsu aburrido no es un buen Jakotsu.

-¡Gessh! ¿Crees que estás aburrido?. Estuve afuera toda la noche hasta que saliste. ¡Es como solía ser con Kyokotsu!-Se quejó Ginkotsu.

-¿Qué quieres decir?- Preguntó Kagome.

-Bueno, Kyokotsu nunca pudo entrar en la mayoría de los lugares tampoco; ¡era demasiado grande! Entonces Renkotsu comenzó a hacerle estas cosas a Ginkotsu ... Suikotsu podría estar en lo cierto, lo que Renkotsu hizo esta vez. ¡Es bastante extremo!- Jakotsu comentó.

-¡Sabemos quién tiene la culpa!- Kagome frunció el ceño.

-¡Sí! ¡Inuyasha!- Declaró Ginkotsu.

-¡No, Renkotsu! ¡Él fue quien te construyó así!- Kagome respondió.

-¡No! ¡Renkotsu solo trata de ayudarme! ¡Si Inuyasha no hubiera usado su espada en mí como lo hizo, no me habría desmoronado así!- Ginkotsu discutió. "Bueno", pensó Kagome rápidamente, "¡ese es uno del lado de Renkotsu!".

Jakotsu la fulminó con la mirada.
-Él y Renkotsu siempre han estado cerca. No sirve de nada tratar de forzar ningún tipo de cuña entre ellos, Kag. Fue lo mismo con Suikotsu y Kyokotsu.

-Solía ​​acompañar a Kyokotsu afuera muchas veces. Pero Bankotsu también. Espero que pase algún tiempo conmigo ahora que tengo que estar afuera todo el tiempo. Hermano mayor, quiero decir.

-Oye, ¿por qué es el Hermano mayor cuando parece que es el más joven de todos ustedes?- Preguntó Kagome.

-Puede que sea el más joven de nosotros en cuanto a edad, pero nos supera a todos en casi todos los demás aspectos. Tiene... poderes ...- explicó Jakotsu.

-Sí, dijo que hizo ese cristal para Suikotsu. ¿Cómo hizo eso?- Kagome interrumpió.

-Recuerdo que pasamos por un pueblo donde había un viejo vendiendo rocas en su carro. Bankotsu creía que si a Suikotsu se le daba algo que lo haría pensar que tenía control sobre sus hechizos, que realmente tendría control, ya sabes ¿Qué quiero decir?. Entonces, tomó el cristal que le compró a este anciano, luego fue a un templo budista y rezó por él, creo.

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