Capítulo 7: Bajando la montaña

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Temprano al día siguiente, la Banda con su hermana pequeña se despidieron del castillo abandonado. Debido a que Renkotsu no quería que ciertas narices sensibles rastrearan a Kagome, la hizo volver a meter en el áspero saco negro. Bankotsu no estaba demasiado de acuerdo con esta idea, e incluso Jakotsu pensó que no tenía sentido. -¡Todo lo que Inuyasha dice es que olemos a tierra de cementerio y cadáveres de todos modos!-

-Una vez que bajemos la montaña, nos separamos. Dejamos que el perro nos rastree, pero él no sabrá cuál de nosotros tiene a nuestra hermana. ¿No queremos que regrese? Si la atrapa, no la dejará irse- respondió Renkotsu. -Además, están esos Saimyosho espiándonos también.

-Esa es la razón principal por la que no estoy discutiendo con este plan. Ahora, sería más convincente para Naraku si también nos encontramos con este personaje, Sesshomaru- dijo pensativamente Bankotsu.

-¡Oh, no, él los matará a todos!- Kagome se preocupó por debajo de su saco. -¡Es un demonio completo, y es muy poderoso!.

-No ha conocido a Banryu, hermanita- respondió gravemente Bankotsu. Kagome quería quejarse, pero no se atrevió. Estos tipos la trataban un poco mejor, es cierto, pero todos estaban tan locos como antes, sin mencionar que todavía eran los hombres típicos de la Era-Feudal. Es decir, un paso adelante de los hombres de las cavernas, en su opinión. Bankotsu ha decidido que sí, necesitaba que la llevaran de vuelta a la aldea de Kaede para poder volver a su época. Él no le pidió su opinión, o si ella quería ir o no. Él solo lo decidió.

Por supuesto, ella realmente necesitaba regresar. No solo Jakotsu había hecho su lista final de compras, sino que resultó que Suikotsu también tenía una solicitud. -No he podido obtener un buen conjunto de implementos quirúrgicos desde que me trajeron de vuelta- explicó mientras le llevaba algo de comida esa mañana.
-¿Todavía los usan en tu tiempo? ¿Podrías conseguirme algo?-¿Cómo podría decir que no? especialmente porque el Sr. Suikotsu no ha hecho otra aparición desde ese primer día. Y luego, cuando Renkotsu descubrió que ella tenía un examen importante de Trigonometría, él casi tuvo un aneurisma

-¿Quieres decir que debes saber este tipo de matemáticas? ¿Y te hacen una prueba?- preguntó, atónito ante la idea misma.

-Uhm, sí. Si pudiera salir de este saco, podría mostrarte mi libro- ofreció.

-No es una chance, hermanita. Sacaré el libro ... ¿Cómo podría haber pasado esto por alto?- Murmuró Renkotsu.

Ginkotsu gruñó, -Bueno, cómo pudo haber pasado por alto tu aviso.

-Sí, una terrible aberración, te lo aseguro, y no una que planeo repetir. Aquí, ¿es éste? ¿La que tiene la cubierta marrón sucia con todos los dibujos? Hmmm ... ¿qué es esto? ¿Kagome quiere a Hojo?- Su risa siniestra fue apenas contenida.

-¡Oh, no! ¡Mi amigo escribió eso en la portada de mi libro!- Kagome jadeó.

Ahora Renkotsu se rió más fuerte. -Veamos ... Ahí está Inuyasha, ese demonio Koga, y ahora este Hojo, y no olvidemos a Ginkotsu. ¡Parece que tienes un hombre en cada puerto!- Esta declaración hizo que Ginkotsu gruñera aún más fuerte. -Ya basta, Ginkotsu. Entonces, como conozco a estos otros, debo saber más sobre este Hojo.

-Sí, después de todo, somos tus hermanos ahora, y si no lo aprobamos, tendremos que sacarlo de la escena, de una forma u otra- agregó Suikotsu.

-¡No!, ¡es un buen tipo! ¡Es realmente lindo y es el tipo más popular de nuestra clase!- Kagome explicó rápidamente.

-¿Popular entre las otras chicas, quieres decir? Hmm ... ¡suena como un flirtero para mí!- Suikotsu se sorbió la nariz.

-¿Qué hace su familia?- Exigió Renkotsu, manteniendo el juego un poco más de tiempo.

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