Capítulo 34: Recuperar más

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Bankotsu tomó la mano de Jakotsu y la agarró antes de que pudiera apartarla. Sin embargo, dolorosamente, Bankotsu apretó la mano de Jakotsu alrededor del gran fragmento, presionando los dedos para que la luz de la joya apenas pudiera filtrarse entre ellos. -Hermano mayor...- Jakotsu jadeó. Vio las lágrimas nublando ligeramente los ojos azules de Bankotsu.

Bankotsu se volvió para mirar el espejo de Kanna. -Naraku, no podrás mantenerla prisionera por mucho tiempo. ¡Ella es demasiado poderosa para que la manejes, especialmente desde donde estás! Esto lo sé más que cualquier otra cosa en este mundo-. Luego se volvió hacia Ginkotsu. -Baja al niño. Le diremos a su hermana que todavía está bien de salud- 

-Llevaré a los niños sirvientes de Naraku conmigo-  anunció Sesshomaru.

-No pueden hacerte daño. No les hagas daño- advirtió Suikotsu al príncipe demonio. Sesshomaru simplemente lo miró con sus ojos ambarinos en su mayoría ilegibles antes de agarrar a Kohaku en una mano y a Kanna en la otra.

-No pelees con el perro yokai, Kohaku- aconsejó Kanna. -Nos llevará a donde debemos ir cuando llegue Naraku.

-Con eso estoy contando- les dijo Sesshomaru, despegando en el aire.

-¡Jakotsu, Suikotsu, vengan conmigo! ¡Gin, lleva a Renkotsu contigo y nos vemos en la aldea de Kaede! ¡No tenemos un segundo para retrasarnos!- Ordenó Bankotsu. Cuando Jakotsu y Suikotsu se apresuraron al lado de su hermano mayor, Bankotsu tomó una de sus manos en cada una de las suyas. -¡Esperen, hermanos!- sonrió, luego se elevó en el aire con los dos a su alcance.

-Oh, no contaba con esto ...- dijo Jakotsu con cautela.

-¿Qué pasa, miedo a las alturas?- Bankotsu casi se rió.

-Bueno, en realidad no, es solo que, bueno, no me acostumbré a volar contigo- respondió Jakotsu mientras despegaban justo después de Sesshomaru.

Suikotsu tenía otras preocupaciones. -¡Sesshomaru-sama, recuerda regresar a la aldea con el árbol sagrado y el pozo! Rin y Jaken están allí- le recordó al demonio.

-Ahí es donde irá Naraku. Estaré allí antes que ustedes- respondió Sesshomaru con su típica seguridad.

-¡Oye, eso no es justo! Él quiere que sea una carrera, pero solo está cargando a dos niños, mientras yo estoy cargando sus traseros pesados- se quejó Bankotsu.

-Bueno, ¿quieres humillarnos?- Jakotsu preguntó.

-¡Joder, no! ¡Solo espero que Ginkotsu pueda seguir el ritmo! Él ha recuperado sus poderes, por lo que podría ser capaz de hacerlo. Me imagino que volveremos a la aldea más rápido si volaba- gruñó Bankotsu. -Kagome, ¿por qué no usaste a Banryu? Mi gentil miko, no queriendo lastimar a otros ...

-Recuperaremos a nuestra Hermanita, Hermano mayor- le aseguró Suikotsu. -Pero, Jakotsu, te escuché mencionar a Kikyo cuando tuviste ese encuentro con Naraku. ¿Qué viste?

-¡Oh! ¡Es asqueroso! Bueno, no solo porque es una mujer a la que desea, sino por el hecho de que alguien está tan obsesionado con alguien ... ¡Me duele la cabeza solo de pensarlo!- Jakotsu explicó.

-Maldición...- murmuró Suikotsu.

-Sui, creo que estás en particular peligro- Bankotsu le advirtió con gravedad. -Echa un vistazo a lo que está pasando con esa niña albina con su espejo. Recuerda, todo lo que se refleja en ese espejo vuelve a Naraku, al igual que esa pequeña pantalla en mi cámara de video muestra las fotos que acabo de tomar.

-Ella me está apuntando ...- Suikotsu notó, mientras los tres volaban más y más lejos.

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