Capítulo 12: Reunión

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Renkotsu levantó la vista de su bazuca y miró a Bankotsu después de ver la forma flácida de Kagome en sus brazos. -Wow. ¿No tenías lo suficiente para que ella comiera? ¿O simplemente la cansaste?-

Jakotsu tuvo que dejar caer su monedero para atrapar a Kagome, porque muy rápidamente, Bankotsu fue a por la garganta de Renkotsu. Sin prestar atención a la gran arma que sostenía Renkotsu, Bankotsu agarró el cuello de su hermano y apretó fuertemente su rostro hacia él. -¡No la cansé, gilipollas! ¡No conseguirás nada de ella, supéralo!-

-Lo siento, hermano mayor, ¡mi error! ¡Por favor, suelta mi cuello!- Renkotsu jadeó. Disgustado, Bankotsu arrojó a Renkotsu de regreso, haciéndolo caer en su propio montón de oro. Ignorando a Renkotsu, Bankotsu tomó a Kagome de los brazos de Jakotsu y la acomodó suavemente sobre su regazo.

Por unos momentos, la cueva estuvo completamente en silencio, aparte de Renkotsu tratando de recuperar el equilibrio entre sus monedas. Bankotsu solo vio la cara inconsciente de Kagome y solo escuchó su suave aliento. Él trazó su mejilla con sus dedos muy suavemente. Nada importaba, ni Naraku, ni Inuyasha, ni siquiera sus otros hermanos. "¿De qué hay que preocuparse si tengo a Kagome en mis brazos?" Necesitaba que todos retrocedieran y lo dejaran solo. Incluso Jakotsu, "aunque parece tener buenas intenciones, se está interponiendo en el camino", pensó Bankotsu con resentimiento.

-Hermano, estas pensando mal- Suikotsu respiró.

-Entonces, ¿cuándo ocurrió este desastre?- Preguntó Renkotsu bruscamente.

-¿Desastre? ¡No es un desastre!- Jakotsu preguntó confundido.

-¡Sí, desastre! Se supone que ella es una de nuestras enemigas número uno, ¿verdad? Encabeza en la lista de 'matar' de Naraku, ¿recuerdas? Bueno, de acuerdo, no la estamos matando, pero ¿tenemos que hacer alarde de eso en la cara de Naraku? ¡Y mucho menos cómo va a reaccionar Inuyasha!

-¡Gessh, ustedes pueden ser tan insensibles!-. Ginkotsu se quejó de repente. Confundidos, los tres hermanos acurrucados alrededor de Bankotsu volvieron sus rostros desconcertados hacia él.
-¡Se siente responsable de ella! Mukotsu se casó con ella contra su voluntad, ¿no lo entienden? ¡El Hermano mayor quiere ayudarla!

-¡Oh!- los tres dijeron a la vez.

-Sí, de repente, tuve una visión muy desagradable en mi cabeza- Renkotsu hizo una mueca.

-¿Cómo sabes que fue en contra de su voluntad?- Preguntó Suikotsu.

-¡Oh, por favor! ¿De qué crees que tengo una imagen tan desagradable? ¡Mukotsu y Kagome como una pareja feliz!- Renkotsu espetó.

-Muy bien, Renkotsu, ¡eso es suficiente!- Bankotsu gruñó. A veces, todos sus hermanos se ponen nerviosos. Ahora, esa era la imagen que tenía en su cabeza. Bankotsu apretó los dientes y respondió: -¡Renkotsu, no sabes de qué estás hablando!

-Parece bastante extraño que se casara con una joven que no conocía, ¿no crees? ¿Cómo sabemos que incluso se casó con él?- Renkotsu siguió adelante.

-¡Ella no habría mentido sobre eso!- Ginkotsu rodó un poco más dentro de la cueva. -¡Estaba allí cuando ella se lo contó al hermano Bankotsu! ¡Le creo!-

-Sí, pero ¿porqué le crees?

-¿Por qué mentiría ella?- Ginkotsu respondió.

-Oh, no sé, tal vez porque descubrió que él tenía dinero, y dado que ahora esta muerto, pensó que podía hacer un reclamo- respondió Renkotsu sarcásticamente. -¿Me pregunto qué tonto por aquí le dijo que teníamos dinero escondido?- Los ojos de Renkotsu se estrecharon en Jakotsu, quien se mordió el labio inferior. -Supongo que en toda esa discusión sobre perfumes, lo dejaste pasar, ¿eh?-

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