Capítulo 20: Hacia el futuro y no volver de nuevo

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Jakotsu salió del pozo a un edificio de madera oscura. Tomó aliento. El aire olía extraño, como algo extraño en su nariz. Bueno, esto fue quinientos años en el futuro, ¿no? Probablemente el aire ya no era el mismo. Jakotsu saltó al suelo de tierra. Vio una escalera que conducía a un par de puertas de madera. Estaba a punto de subir esas escaleras y salir por la puerta cuando un anciano las abrió, dejando que la luz del sol inundara el lugar y brillara sobre la persona de aspecto más extraño que había visto en algún tiempo.

-¡Oh, Dios mío! ¿Cómo encontraste tu camino aquí, pensé que lo había cerrado!- el viejo gruñó, dejando un cuenco grande.

-¿Higurashi?- Jakotsu preguntó.

-¿Eh? ¿Qué es esto?- el viejo preguntó en respuesta.

-¿Está Kagome aquí?- Jakotsu preguntó muy lentamente. Le parecía obvio que este hombre era algo tonto.

-¿Kagome? Oh, tú ... ¿viniste de allí?- El hombre, que, ahora que Jakotsu lo pensaba, parecía un pretendiente sintoísta, señaló el pozo.

-Sí. Debo encontrar a mi hermana pequeña. ¡Su Hermano mayor está en estado grave y tiene medicamentos que pueden ayudarlo! ¿Dónde está?- Exigió Jakotsu.

-Ella no tiene un hermano mayor ... ¡oh! Debes ser una de esas personas de las que Kagome me habló. Soy su abuelo, y nos contó todo acerca de ustedes durante la cena cuando regresó. Sí, bueno, ¡Dios mío! ¡No sabía que nadie de esos tiempos excepto Inuyasha podía venir aquí! ¡Bueno, ella está en la escuela!.

-¿Cuándo volverá a casa? ¡Debo hacer que venga conmigo al lado de mi hermano Bankotsu!-

-Bankotsu, ¿eh? ¿Como Mukotsu? ¿Y cuál eres tú ahora?.

-¡Soy Jakotsu de los Shichinintai! ¡Y qué sabes de Mukotsu; está muerto!.

-¡Dos veces muerto, por lo que entiendo! Se casó con mi nieta, ¡escuché! Bueno, no te pareces mucho al tipo de matrimonio, si lo digo yo mismo- comentó el abuelo.

-¡Si no me arriesgara a enojar a Kagome, bueno, no importa! ¿Cuándo estará en casa?.

-¡Oh, ni siquiera es la hora del almuerzo! ¡Al menos no estará en casa por otras tres o cuatro horas!- El abuelo informó.

-¡Oh no!- Jakotsu se imaginó a Bankotsu convulsionándose en su tiempo, con el sudor rebordeando en su frente, su rostro pálido retorcido de agonía mientras muere lenta y dolorosamente ... -No puedo esperar tanto...

****

Un grupo de niños vestidos de negro entró en la cafetería de la escuela. -¿Oye, Toshiro? ¿Alguien te dijo alguna vez por qué los maricones caminan así?-. El joven comenzó a caminar unos rápidos pasos con las manos en las caderas, las palmas hacia abajo, flexionadas.

-¿Kazu?- Hojo Toshiro carraspeó.
-Bien, no. ¿Por qué los maricones caminan así?.

-Porque no hay espacio para que caminen así...- todos comenzaron a reír mientras saltaba, balanceando sus brazos hacia adelante y hacia atrás, finalmente golpeándolos directamente contra Kagome Higurashi, que acababa de entrar a la cafetería con libros apilados en lo alto. sus brazos. Se extendieron por todas partes, y Toshiro cojeó al lado de Kagome.

-¡Kazu, mira lo que estás haciendo! Higurashi, ¿estás bien? ¿Te ha dislocado la cadera?- Preguntó frenéticamente.

-Oh, no, estoy bien. Gracias con mis libros, Hojo- respondió ella.

-Siéntate a mi lado y podremos repasar ese capítulo de historia- sugirió Hojo. Kagome aceptó su oferta con una sonrisa. Se quedaron en la fila del almuerzo el tiempo suficiente para que él comprara leche con chocolate, luego todos se sentaron en un gran grupo en la mesa.

Pequeña HermanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora