Pequeña Hermana

Capítulo 23: De humanos y demonios

Estaba oscuro cuando Jakotsu salió del pozo y regresó a ese terrible futuro con los ojos que ven a todos desde arriba. Podía sentir la energía de ellos en olas. Esperó, sabiendo que esos extraños soldados podrían intentar arrestarlo si todavía estuvieran ahí. Pero estaba muy tranquilo, por lo que finalmente comenzó a emerger del santuario del pozo. Se atrevió a respirar cuando no vio señales de personas entre las rejas de las puertas corredisas. Vio luces encendidas en la casa que seguramente era de Kagome. Su primer impulso fue ir a preguntarle a los Higurashis si sabían dónde vivía su amado, pero luego lo pensó mejor. Podrían estar enojados con él por traer soldados a su santuario.

Además, su amado sería fácil de rastrear; cojeaba, pobrecito ...

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Toshiro apenas comió nada para la cena. Estaba convencido de que nunca volvería a ver a Jakotsu. Esta pérdida lo lastimó. Nunca pensó que perder la cabeza sería tan doloroso. Nadie había insinuado que era insoportable, siempre lo ignoraban. Bromas como "perdí la cabeza, vuelvo a estar en cinco", de alguna manera no lo cubrieron. Él picó su arroz y nunca tocó sus camarones.

-Toshiro, hemos hecho una cita con el terapeuta para mañana después de la escuela. A menos que no quieras ir a la escuela mañana, es decir.- La voz de su madre apenas se registró, mientras reflexionaba sobre vivir con el hecho de que era gay y que ni siquiera podía estar con el que lo había hecho consciente de este hecho tan importante.

Tal vez le diría esto al terapeuta, pero de nuevo, tal vez no lo haría. Quizás nunca se lo diría a nadie. Nadie lo hubiera adivinado, ¿verdad? ¿Y si todos comenzaran a hablar de él en la escuela? ¿Qué podría hacer para convencerlos de que era heterosexual si estuviera caminando con este dolor de corazón?

-Toshiro, no quiero que tengas miedo de ir a la escuela otra vez. Si ese monstruo alguna vez se acerca a ti otra vez, le volaré la cabeza- gruñó su padre.

¡No!- Toshiro jadeó. -¡No puedes! ¡Por favor! ¡Tendrás ... problemas terribles!.

Solo estoy protegiendo a mi hijo, eso es todo. Toshiro, una vez que tu tobillo mejore, la gente no se sentirá tan protectora contigo, pero en este momento, todos en su sano juicio saben que no tienes oportunidad de escapar de ese bastardo. Hiciste lo que tenías que hacer para proteger a Kazu, eso es todo. Estoy seguro de que Kagome Higurashi lo entenderá.- continuó su padre.

-¡Kagome! Oh, no, papá, Kagome es genial. ¡Ella lo entiende totalmente!- Toshiro le aseguró. Comenzó a recoger un camarón finalmente. "Sí, Kagome es mi clave para la felicidad. Ella puede ayudarme a ver a Jakotsu nuevamente, ¡y yo puedo ayudarla con sus viajes secretos a través de ese pozo!" -Sí, de hecho, creo que le enviaré un correo electrónico, o publicaré un comentario en su página de Facebook o algo más tarde. ¡Quizás le envíe un mensaje de texto, o incluso la llame por teléfono! ¡Es curioso cuántas maneras hay de comunicarse! hoy en día, ¿no?- dijo con un toque de histeria en su voz.

Sus padres solo lo miraron, como si estuvieran esperando. Esperando el inevitable colapso. ¿Debería tomar precausiones? No, todavía no. Primero debe comer, tratar de recuperar su fuerza. Luego, se retirará temprano, después de enviar un correo electrónico a Kagome, lo que seguramente será una pérdida de tiempo si todavía está en ese mundo del pozo. "¡Oye, espera un minuto! ¡Tal vez debería ir y buscar en Google a Jakotsu!" Plan brillante! Toshiro en realidad sonrió.

-Sí, terapeuta, a las tres en punto- dijo su madre.

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Poco después, Toshiro estaba sentado frente a su computadora portátil, escribiendo furiosamente en respuesta a todos sus correos electrónicos. ¡Maldición! Ni siquiera había tocado sus comentarios de Facebook en su bandeja de entrada, y ya llevaba más de una hora en Internet. Había planeado su glorioso derrumbe alrededor de las once, pero ya había pasado mucho tiempo. ¡Ni siquiera había buscado en Google a Jakotsu todavía! ¿Cómo sentiría alguna vez Google si no lo lograra?