Ninguno ha hablado de lo que sucedió desde que regresamos a la habitación y lo que más me sorprendió después de ese silencio profundo de Dylan mientras se perdía en sus pensamientos, fue el pedido que me dijo.
—Tengamos una cita esta noche, Jules.
Mis ojos se abren.
—¿Qué?
—Mi madre hablo con los médicos y me iré esta misma semana, por no decir en dos días.—Responde.—Pero antes quiero que tengamos una cita.
—Dylan, este es un hospital.
—Lo sé, quiero tener una cita contigo en este hospital en la noche.
Mis labios se separan.
—¿Qué me dices, Jules?
(*)
Si lo que Dylan quería era una cita esa noche, yo se la di y no había otro mejor lugar que el jardín del hospital.
Era lo suficientemente amplio adaptado para todos los pacientes con el fin de que pudieran distraerse de un lugar lleno de hombres con batas blancas y/o uniformados, incluso del olor de la medicina, que era algo ya muy común para mí.
Así que lo lleve ahí, escogí una hora en la que yo creía que había menos pacientes, negocie con unos enfermeros y me dieron el permiso de permanecer con Dylan durante media hora en la noche.
Las luces del jardín era preciosa y la pileta de en medio se veía muy hermosa bajo la luz de la luna.
—No es la gran cita, pero...
—Hemos tenido mejor citas sin la necesidad de salir de casa o gastar.—Me recuerda Dylan y me sonríe.—Es perfecto, Jules.
Le sonrio.
El gira su silla de ruedas, se acerca cerca a las flores y con cuidado de que nadie lo vea, arranca una mientras yo me agacho para estar a su altura.
Dylan me coloca la flor detrás de la oreja y se me queda viendo.
—Eres tan hermosa...
Dibujo una pequeña sonrisa en mis labios, pero el mantiene una mirada seria, pronto su mirada baja.
—Tú rostro luce diferente cuando estás conmigo.
—¿Qué?
—A cuando estas con él.
La sonrisa se borra de mi rostro, me paro enseguida y los ojos de Dylan suben a mi rostro.
—¿Querías que viniéramos a una cita para hablar de el?
—¿Sigues enojada por todo lo que solte?.—Me pregunta.
—No estoy enojada.
No tengo derecho a estarlo.
—Dylan...
—Debiste ver tu cara cuando él dijo todo eso.—Me interrumpe sin mirarme.
Contengo la respiración y sus ojos suben otra vez.
—Debiste verla. Yo lo hice.
El corazón se me aprieta.
—Tú también lo quieres, Jules.
Mis labios tiemblan, lo escucho maldecir.
—No puedes mentirme.—Continua.—Te conozco bien...
—Dylan, tu eres mi primer amor.—Le recuerdo con una sonrisa débil y sus ojos me miran.—Te quiero... lo sabes.
El sonríe despacio.—Lo sé.
El corazón se me acelera.
—Pero no como lo quieres a él.
Mis ojos comienzan a llenarse de lágrimas.
El suspira.—Se que dije que lucharía por ti, Jules, pero no puedo hacer nada si desde que el apareció tengo la batalla perdida.
Una lágrima se desliza por mi mejilla.
—Y me duele, pero no hay nada que pueda hacer.
Rompo a llorar.
—Dylan ,cuanto lo siento.
Veo una lágrima deslizarse por su mejilla.
Y las mías terminan por bañar mis ojos.
—Lo siento tanto, Dylan.—Lloro.—No te mereces esto y...Dios mío, lo siento mucho.
"Estoy perdidamente enamorado de ti, Jules"
¿Qué puedo hacer?
¿Qué puedo hacer si yo también lo quiero igual?
—Lo lamento.—Sollozo, no puedo dejar de llorar.—Lo siento mucho, Dylan.
Quiero a Miles.
Realmente lo quiero demasiado.
Hola...
Último capítulo de hoy.
¿Sienten el final cerca?
Pues yo no, aun queda mucha historia que contar.
No, no se cuantos capítulos quedan o cuantos serán en total, pero cuando estemos cerca a acabar, yo se los diré.
Por ahora sigan disfrutando de esta historia y espero que les guste como a mi me gusta escribirla.
Nos leemos.
>> Yiemir.
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Latidos del Corazón
ChickLit"Tendrás dos hombres en tu vida: uno sera el amor de tu vida y el otro tu alma gemela" No le había tomado tanta importancia a esa frase hasta que el destino se encargo de ponerme en medio. Después de sufrir un accidente , el novio de Jules queda...