#50. Mentiras II

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—¿Un tumor en el cerebro?.—Pronuncio las palabras del médico que atiende a Dylan.

Mi labio tiembla.

—¿Y qué..?—Me aparto las lágrimas de las mejillas.—¿Es benigno, verdad?

—Señorita Hall.

Por favor, dígame que es benigno.—Le suplico.

El medico baja la mirada por un breve momento y solo tiene que negar con la cabeza para yo sentirme devastada.

—Lo lamento, Señorita Hall.
















(*)


















Miles me dio el tiempo que yo necesitaba y el que se lo pedí después de hablar con el medico que trataba a Dylan.

Y ahora estaba aquí, frente a él, tratando de encontrar una explicación a todo esto.

Y Dylan, sigue diciendo lo mismo.

—No debiste venir, Jules.—Repite.—Y si al menos Miles hubiera tenido un poco de consideración después de quitarme de tu lado, se hubiera quedado callado.

Ignoro sus palabras por completo.

—¿Cuánto tiempo nos conocemos Dylan?

Él no me responde y yo me acerco a la cama.

—Mucho y lo suficiente.—Me respondo yo misma mientras lo miro.—Lo suficiente para darme cuenta y tener dudas de que no me alejarías de tu vida solo así.

—Jules...

—¿Por qué?.—Siento tanto dolor dentro de mi.—¿Por qué me lo ocultaste?

El no responde y evita verme.

Con un dolor en la garganta, continuo.—Fingiste que estaba bien dejarme ser feliz con Miles por esto, por ocultarme que estabas enfermo y en lugar de esa misma noche decirme lo que tenías, tú solo terminaste conmigo... ¿Por qué? Si yo hubiera sabido que tú..

—Es por eso.—Me interrumpe y pone los ojos en mi.—Porque sabia que te quedarías y no era justo para ti, ni para mi forzarte a quedarte a mi lado por esto.

Siempre lo supe, algo en mi corazón lo sabía.

Era imposible que Dylan se rindiera con "Nosotros" así de fácil, que me dejaría el camino libre para ser feliz con Miles.

Nunca fue así, el Dylan que conozco hubiera hecho todo lo posible para recuperarme, para hacerme olvidar de Miles y volver a su lado.

Y esa llamada, esas palabras frías nunca fueron verdad.

—¿Por esto?.—Repito sus palabras.—¿No crees que eso debía elegirlo yo?

—No.

Abro mi boca.

—Esto es mío, no tuyo, Jules.—Me responde.—No iba a condenarte a ti también a esto, a verme así, no lo quería, es por eso que pedí que me trasladaran a otro hospital, supongo que debí desligarme por completo de las sucursales.

—¿Eso es lo único que te importa? Haber tomado otro hospital que no esté relacionado al anterior solo para que yo no te descubriera.

Sus ojos me ven con dolor.

—No te importa haberme mentido sobre esto, ocultármelo y pedirle a todos los doctores que me mintieran también.

El no responde.

—No tenías ningún derecho.

—Ya sabes porque lo hice, no lo volveré a repetir.—Me dice.—Entiéndelo, Jules, no quiero esto para ti, haz tu vida y déjame tranquilo.

—¡¿Y crees que voy a poder seguir mi vida después de enterarme de que vas a morir?!

Dylan aprieta los ojos y las lágrimas comienzan a caer por mis mejillas.

—Lo lamento, Dylan.

Abre los ojos y yo niego.

—Lo lamento, pero tendrás que aguantarme.

—Jules...

—Tendrás que aguantarme porque no voy a moverme de aquí ni un solo día.—Le prometo.— Dylan, no me moveré de aquí.

No lo haré.

Incluso si queda poco tiempo para nosotros, quiero permanecer a su lado porque sé que eso es lo que él quiere eso.

Lo conozco muy bien para saberlo.

Y aunque no se atreva a pedírmelo, quiero cumplirle esa voluntad.

Permanecer al lado de Dylan, lo haré.







Hola.

Entramos a la recta final.

Nos quedan 10 capítulos más el epilogo.

Nos leemos.

>>Yiemir.

Latidos del CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora