#52. Discusión

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—Déjame ver tu mano.—Me pide Dylan.

Trato de esconderla detrás de mi.—Estoy bien.

Pero el estira el brazo y toma el mío, me atrae hacia él, abre mi palma y acaricia con sus dedos por encima de la venda.

Rápidamente después de sentir su tacto, aparto mi mano.

—Estoy bien.

Dylan baja la mirada.

—¿Por qué sigues aquí después de esto?

Mis cejas se juntan.—Te dije que no me iría de tu lado y esto no es nada para mí.

Lo veo apretar los puños y estar inconforme.

—Te dije que no te quiero aquí, Jules.—Me recuerda.

—Sí y yo que no me movería.

—¿Por qué haces esto?.—Me pregunta y de pronto su actitud cambia.—¿Es tu forma de sentirte menos culpable o compensarte porque me engañaste?

El dolor presiona mi pecho.

Dylan sonríe.—¿Es eso, no?

No respondo, recuerdo muy bien las palabras de Miles, que debo estar preparada al odio y enojo que puede soltarme debido a su enfermedad.

—Que vengas a apiadarte de mí y de mi cáncer no quita el hecho de que fuiste una zorra, Jules.—Me suelta con burla.—Eres una puta y eso no cambiara por...

Abofeteo su mejilla haciéndola girar a un lado, Dylan se queda en silencio.

—¡Crees que me lastimas con todo lo que dices, pero no es a mí a quien dañas, si no a ti mismo por forzarte a decir cosas que no piensas!.—Le suelto.—¡Adelante, Dylan! ¡Di todo lo que tengas para mí, humíllame y trátame como basura, dime que soy una zorra y todos los insultos que se te ocurran, ni siquiera así vas a lograr que me marche!

Dylan no responde.

No vas a lograrlo.

Cuando no veo esta discusión para más, salgo de la habitación.



























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